China se ha convertido, en los últimos años, en el principal proveedor de Paraguay de bienes de consumo e insumos, como de bienes de capital. Así sostiene el estudio del Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (CADEP). Y dictamina que la relación con Taiwán es más ideológica que comercial o económica. El agronegocio reclama meter carne y granos en China, destaca el estudio.
La ausencia de relaciones diplomáticas con el gigante asiático ha vuelto al debate y se ha ubicado en el huevo mismo del partido que más se ha aferrado a la relación con Taiwán: el Partido Colorado. La tensión parece haberse instalado, entre la completa sujeción del gobierno de Santiago Peña a las políticas norteamericanas (que ordena seguir con Taiwán) y la presión de sectores económicos de la agroexportación por abrir las puertas de China.
Luego de las amenazas del oficialismo colorado a sus diputados, y sobre todo al propulsor de un “debate serio” sobre el tema Paraguay, el diputado Hugo Meza, finalmente fueron a China ocho diputados. Ningún colorado.
Paraguay, se sabe, es el único país de América del Sur que no mantiene relaciones con China. Lo hace con Taiwán, desde 1957.
Después de un lobby intenso durante la pandemia (la Cámara de Comercio Chino- Brasilera intermedió con el gobierno de Mario A. Benítez con el fin de traer 14 millones de dosis de vacuna), la invitación oficial del gobierno de Pekín a diputados de Paraguay es tal vez la avanzada más importante para que nuestro Estado se abra de Taiwán.
Parece que esta vez, ya con China a la vanguardia de la economía productiva, incluida la de alta tecnología, el tema viene para quedarse.
Tal es así que la propia CADEP le ha dedicado un estudio a las relaciones económicas de Paraguay con China y Taiwán.
Paraguay- China, flujos de capital y el factor Taiwán se denomina el estudio elaborado por Fernando Masi y Belén Servín.
En este estudio, publicado el 17 de octubre último, se sostiene que, a pesar a la ausencia de relaciones entre Paraguay y China, las relaciones económicas entre estos países han tenido mayor impacto que entre Paraguay y Taiwán.
Abriga que el acuerdo de preferencia comercial firmado entre Paraguay y Taiwán en el 2017 no ha tenido necesariamente un impacto significativo en las exportaciones paraguayas totales. Y que, por por otro lado, China se ha convertido, en los últimos años, en el principal proveedor de Paraguay de bienes de consumo e insumos, como de bienes de capital.
Este estudio manifiesta que las inversiones directas de Taiwán en Paraguay son prácticamente inexistentes comparativamente a las inversiones de China que son proporcionalmente mayores a las de Taiwán.
“Paraguay es uno de los doce países del mundo que todavía mantiene relaciones con Taiwán a cambio de beneficios que no necesariamente tienen un peso significativo en términos de comercio y de inversión extranjera directa“, esgrime.
Recuerda que las relaciones con Taiwán comenzaron al inicio de la Guerra Fría (1957), contando ambos países con regímenes autoritarios y profundamente anti comunistas.
El fin de la Guerra Fría, la nueva era de la globalización y la irrupción de China como nueva potencia económica “no fueron factores tenidos en cuenta por los gobiernos paraguayos de la post dictadura ( especialmente en la década de los 90s) para establecer relaciones con China y sacar ventajas de su gran mercado y de los flujos de inversión directa de este país“, esgrime.
En el contexto actual de una significativa presencia de China en América Latina, Paraguay permanece distante tanto de los principales flujos de inversión directa y de las inversiones chinas en infraestructura.
CADEP va más allá al determinar que las razones de los gobiernos del Paraguay post Stroessner para seguir manteniendo relaciones con Taiwán y no establecerlas con China han sido puramente ideológicas.
Analiza que estas razones calzaban adecuadamente tanto a la élite política como a la élite empresarial, pero que, al final de la primera década del siglo actual, comenzaron a aparecer algunos cambios de actitud en ambas élites.
Así recuerda que el primer gobierno de la oposición en la era democrática (2008-2013) daba a entender sus intenciones de establecer relaciones diplomáticas con China. Sin embargo, esta iniciativa no prosperó desde el momento en que los gobiernos de Taiwán y China se impusieron temporalmente una tregua de manera a no aceptar el establecimiento de relaciones diplomáticas nuevas (principalmente el gobierno de China).
Explica que durante el mismo período el sector de agronegocios del Paraguay empezó a dar señales sobre la conveniencia de establecer relaciones diplomáticas con China, argumentando que si el Paraguay no lo hacía, incurriría en costos adicionales para tener acceso al mercado chino, a diferencia de sus socios del Mercosur.
Era el momento de mayor auge del boom de commodities de los países del sur, momento que había beneficiado al Paraguay al experimentar un aumento significativo de exportación de sus principales productos como la soja y la carne. Del mismo modo, en 2016 la Cámara Paraguaya de la Carne (CPC) daba a entender sus intenciones de apertura de una oficina comercial en Hong Kong como una vía de exportación de este rubro a China.
En el 2020, se discutió en el Senado paraguayo la posibilidad de establecer relaciones diplomáticas con China. Un grupo de parlamentarios presentó una iniciativa de resolución de recomendación al Ejecutivo, favorable al establecimiento de estas relaciones.
Aunque esta iniciativa no contó con los votos suficientes para aprobar esta resolución, sorprendía el número de senadores que votaron a favor de la misma (16 de 41). Estos senadores no solo pertenecían a la principal coalición de izquierda (Frente Guazú) – con claras simpatías políticas hacia China- sino también a los partidos tradicionales y otros partidos de derecha con claras vinculaciones al sector de agronegocios
Por su parte, Taiwán decidió abrir su mercado a los productos más competitivos del Paraguay mediante un acuerdo de preferencia comercial firmado entre ambos países en 2017. Pero aun así, los empresarios del sector de agronegocios continuaron presionando al gobierno paraguayo para lograr la entrada de productos agroindustriales a China, principalmente carne.
Recuerda que en una entrevista con el Presidente de la Asociación Rural del Paraguay, el mismo afirmaba que las importaciones de carne de Taiwán no eran significativas y que el Paraguay perdía, potencialmente, alrededor de US$ 800 millones de ingreso anual por la no colocación de carne y sus derivados en el mercado chino.
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