Y el tema energético qué, señor Presidente

En las 22 páginas del texto que el jefe de estado leyó ante los congresistas, no hay una sola alusión a la renegociación del Anexo “c” de Itaipú ni a la urgente política que deberá ejecutar para evitar la crisis energética que amenaza al país.

Por el equipo de redacción de El Prisma

Paraguay exportó energía eléctrica por USD 1.073 millones en el 2024. El año pasado Itaipú también suministró 20.383 GWh de energía eléctrica al Paraguay, cubriendo casi el 78% de la demanda de consumo local. Y tiene dos represas más: Yacyretá y Acaray. Es un país que tendrá excedente de energía hasta, máximo, el 2035.

En los nueve años que restan, el Paraguay debe generar otras fuentes de energía, principalmente las renovables, para su población y las industrias y fábricas instaladas en el país no padezcan.

Los datos gruesos citados arriba son solo una referencia general de cuán importante es la cuestión energética para la economía y la satisfacción social. Sin embargo, el presidente Peña realizó alusiones anecdóticas hacia Itaipú y la ANDE, y ni siquiera mencionó Yacyretá ni las políticas y proyectos que su gobierno debe desarrollar para generar nuevas fuentes de energía y afrontar un posible déficit energético.

“Itaipú complementa la inversión en infraestructura mediante los recursos adicionales generados por la negociación que hicimos el año pasado con el Brasil. Entre los proyectos más destacados se encuentran…”, dijo literalmente en su discurso.

¿Y la renegociación con el Brasil del Anexo “C” del tratado de la hidroeléctrica que puede permitir incrementar significativamente las arcas del Estado por la venta directa de la energía que le corresponde en la represa?

Según cálculos del ingeniero Germán Escauriza, entre la energía producida por Itaipú y Yacyretá, con un valor de mercado de no menos de 100 dólares MWh., a Paraguay le pueden ingresar más de USD 5.000 millones año.

Estas negociaciones también podrían establecer que la tarifa de la potencia corresponda únicamente al costo operativo, sin “gastos discrecionales”, un truco que permite a los gobiernos colorados de turno usar millones de dólares anuales para alimentar la estructura clientelar de la ANR.

Respecto de la ANDE, solo citó algunas de las obras de subestaciones eléctricas en proyecto y en ejecución, como es el caso de la subestación de Valenzuela. ¿Y la grave situación financiera de la ANDE, que por falta de recursos no puede mejorar sus capacidades de administración y distribución para servir con eficiencia y bajo costo de energía a la población?

Peña ni siquiera mencionó en su discurso el complejo desafío que tiene el país de, en 9 años o menos, generar nuevas fuentes de energía ante el constante incremento de la demanda de electricidad de la población y las industrias locales.

También definir lo de Yacyretá es gravitante. Tan gravitante es que el propio gobierno argentino se ufanó de una muy buena negociación en el último acuerdo, el acuerdo denominado Peña-Milei, que condiciona el uso en Paraguay a no más del 20 por ciento del uso la energía producida por Yacyretá.

Tan gravitante también es el excedente energético, que el propio secretario de Estado norteamericano Marco Rubio dijo que “alguien inteligente” vendría a poner un centro de datos para hospedar inteligencia artificial para usar el excedente energético de Paraguay.

Pero no, el presidente nada dijo de la dilación de las negociaciones del Anexo C, que a 52 años de vigencia del contrato, considerado por varios expertos como muy lesivos para los intereses del Paraguay, sigue sin ser revisado formalmente. Nada sobre qué se piensa hacer. Si usar más la energía, venderla al mercado brasilero o mejorar las condiciones de negociación con Argentina en la improvisada administración de Yacyretá.

Se entiende que el Informe Anual de un presidente debe tener un tenor general, en donde se incluyan los temas más importantes del país. Y es en este punto donde Peña omitió uno de los asuntos más relevantes para el país: qué logrará su gobierno en las renegociaciones de Itaipú para el país, y qué hará para evitar el hipotético escenario del déficit energético que nos amenaza.

En fin, el tema energético, tan estratégico para el país y el mundo en estos tiempos, no ha pasado si no por anecdóticas referencias.

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