La Inteligencia Artificial cura el arte en Paraguay

La IA se encargó del análisis de obras en el taller coordinado por el diseñador y artista visual Fernando Amengual. Las obras de 18 personas participantes fueron valoradas por la App. El equipo estuvo de acuerdo con la idea y la IA hizo un texto “bien estructurado y bien escrito”, nos cuenta Amengual.

El título “Incurables” alude a esa pasión que define a quienes han participado en el taller: Una pulsión presente en acto que, a través de los sentidos, encuentra en el arte su medio de expresión más auténtico. Aquí, los artistas revelan su vulnerabilidad y su fuerza, ofreciendo obras capaces de resonar en un espectador dispuesto a conectar profundamente con cada pieza”, resumió el curador artificial en su texto generado por IA.

Del ciclo del taller de artes visuales coordinado por el pintor y diseñador Fernando Amengual participaron Agustín Núñez, Carla Caballero, Carolina Pedro, Dante Manfredi, David Ocampos, Eduardo Barros, Gladys Mas, José Galeano, Laura Giucich, Lendy Peña, Lorena Hartasti, Magalí Filártiga, Magda Barni, Martaro Benítez, Martha Uhl, Mónica (Mona) Airaldi, Myrian Cruz, Ruth Arias, Roberto Merino y Sofía Recalde.

La exposición de las obras se desarrolló en el espacio de artes visuales El oráculo. El taller de Amengual “es un espacio de creación de arte, con el foco en el presente, en el acto de crear, y el contacto con los demás en ese proceso”, nos comenta el propio artista.

-¿Cómo nació la idea de la curaduría artificial?

Amengual nos cuenta que al planificar la exposición de las obras del taller nació naturalmente la idea de la curaduría (una curaduría es un análisis de la obra, básicamente, y una puesta en perspectiva de su importancia). En ese entonces, los participantes le pidieron que él, como coordinador, se encargue de la valoración crítica. “El curador es el que legitima la obra, le da un valor, ya sea para la academia o el mercado”, reflexiona para esta nota. Entonces, él que asume tener algunos cuestionamientos en torno de la validación del mercado de una obra en detrimento de otra, les propuso una curaduría con la Inteligencia Artificial.

“No estoy en contra que una persona ilustrada, de la academia, con conocimientos, valore con criterios técnicos y conceptuales las obras. Me parece genial, hermoso, pero cuando interviene el mercado, cuando hay una valoración de la obra para que esta obra sea comprada por un coleccionista, aparecen conflictos entre artistas que son legitimados y los que no”, asume.

– ¿Qué insumos necesitó la IA para valorar las obras?

-Bueno, nos respondió con cinco preguntas clave, que son las preguntas que se hace un curador. Le respondimos a esas cinco preguntas y nos dio un texto de curador muy bien estructurado y bien escrito.

– ¿Y en relación con las obras?

– Le dimos también imagen para que interprete. Muy interesante la experiencia.  La pegó muy bien en la interpretación.

Abre el debate sobre la curaduría, sobre la IA presente y el futuro, mucha perspectiva y mucha valoración.

-¿Y cómo te pareció, en general, la experiencia?

Todo el conocimiento del mundo fue construido por personas, lo que hace la IA es apropiarse, analizar y volverlo a poner sobre bases propias de la inteligencia humana. La IA es conocimiento humano, manipulado, pero humano, es una aplicación que se enfrenta a problemas del capital como la propiedad individual.

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