La energía contratada por la Administración Nacional de Energía (Ande) en el 2024 fue de 2.400 MW. Al cierre de este año, entre las 72 criptomineras que se registraron en la Ande, habrán usado 391 MW (16,291%). Entre treinta “granjas” ilegales ya desmontadas y las que siguen este consumo, fácilmente trepará al 25 por ciento de toda la energía. Y la fiebre criptominera avanza aun más al punto de que puede dejar sin excedentes al país en tres años, advierte la ex viceministra de Minas y Energías, Mercedes Canese.
La fiebre critpominera no para. Este año, las ilegales han venido a aumentar significativamente el consumo intensivo de la energía de ANDE, ocasionando apagones, pestañeos y colapsos del servicio en varias comunidades del país. En total, más de 30 instalaciones ilegales se han desmantelado, en el marco de la nueva ley, la 7300. La única novedad de esta ley es que la ANDE puede quedarse con todos los bienes incautados de las granjas ilegales para luego subastarlos.
Cada granja de producción del bitcoin y otras monedas virtuales utiliza una potencia aproximada de 2000 kilowat. Una energía equivalente al uso de un barrio, o diez manzanas, nos cuenta el ingeniero Hugo Rolón, encargado de las intervenciones a las criptomineras ilegales.
Una fuente interna de la ANDE nos ha confiado que entre las legales y las ilegales se están chupando, “fácilmente”, un cuarto de la energía contratada por la Ande (25%).
A este ritmo, Paraguay “podría quedar sin excedentes hidroeléctricos en tres años en el peor de los escenarios. Esto es porque la empresa de electricidad otorga legalmente, por contrato, todos los pedidos que hacen las criptomineras, se estará alcanzando la potencia disponible en Paraguay. Además están las ilegales”, advierte la ex viceministra de Minas y Energía, Mercedes Canese.
Con las criptomineras, el futuro inmediato se orilla tan “catastrófico” que puede llevar incluso a una cesación de pagos a la Ande, “pues las legales no pagan ni la mitad del costo de la energía que llevan y las ilegales no pagan nada (ver la nota completa con Mercedes )”.
A esto se suma –alerta- un deterioro en la calidad del suministro eléctrico, “por las mismas distorsiones que genera la criptominería general”.

La fiebre criptominera
Paraguay se ha convertido en los últimos años en un “paraíso” de la producción de monedas virtuales.
“El estímulo para los capitales extranjeros constituye no solo el bajo precio de la energía – la más barata de la región – sino, además, la baja presión tributaria para la importación de la tecnología necesaria para la actividad”, nos ha comentado en un artículo anterior la investigadora de Base Is, Lis García.
El uso intensivo de la energía contratada no va acompañado de generación de empleos ni de réplica de desarrollo tecnológico.
Esta actividad minera genera solo 6 empleos por 1 MW que equivale a 1 millón de vatios. No es nada ni siquiera en comparación con lo que por uso de energía producen pequeñas y medianas empresas en el país. Y la industria tradicional genera 200 empleos con 1/2 MW.
La criptomoneda es una moneda digital que no está respaldada por los Estados ni los bancos centrales. Se basa en la tecnología Blockchain, que es un sistema de registro descentralizado que utiliza criptografía para asegurar las transacciones.