En la Municipalidad de Luque, el encargado de obras públicas nada sabe del súper viaducto de cuatro kilómetros que proyectan sobre la ciudad. Igual cosa pasa con gran parte de la gente de la ciudad. “Oúta la progreso ore ári piko”, grafica con ironía un contador.
Luque es el distrito más grande y más poblado del Departamento Central. Con sus cincuenta compañías y muchos barrios, alberga a unas 260.000 personas, aunque este número –como todos los números del Censo 2022- puede ser mucho más bajo de lo que realmente es.
Luque fue capital del Paraguay en 1868, a la ocupación de la capital paraguaya por el ejército brasilero.
Luego el Estado se fue mudando con el ejército en retirada tras la caída de la fortaleza Humaitá.
En Luque también se estableció la primera estación del ferrocarril Carlos A. López, que antes de la Guerra Guasu (1864-1870), se constituyó en la primera máquina a vapor de pasajeros del Conosur.
Tiene un sinfín de bienes patrimoniales, sostiene el arquitecto Carlos Zárate, que ha hecho una investigación en ese ramo.
Además, esta ciudad alberga el aeropuerto Silvio Petirossi y la sede de la Confederación Sudamericana de Fúltbol (Commebol). Justo ahí, en los alrededores, comenzaría el súper viaducto proyectado por el gobierno de Santiago Peña.
“Tuichaiterei la proyecto ahecha, pero acá poco o nada sabemos”, nos cuenta el cantante Hugo Flecha, de la extensa familia Flecha, cuya casi matriz se encuentra en Lapachal 2.
“Poco o nada se sabe, lo que se ha visto en los grandes medios, y en la publicidad del gobierno”, nos cuenta Mario Parra, conductor de un programa de radio y ex integrante de la Contraloría Ciudadana de Luque.
“Araka’e oikota upéva, che memby (Cuándo se hará eso, mi hijo)”, exclama y se pregunta Doña Rosa, del Mercado Municipal. Un mercado que, en el crecimiento demográfico más grande del país, ha quedado arrinconado por un montón de comercios y cadenas de supermercados, entre ellos, sus comercios emblema: El Cacique y San Cayetano.
Luque también es conocida por su “adicción” al Sportivo Luqueño. Actualmente le va muy mal en el campeonato local y fue uno de los primeros eliminados de la Sudamericana.
“Pero Luque es Luque, la República”, suelta el licenciado Juan Gayoso, contador de una empresa distribuidora de telas, en una parada de descanso del trabajo, en la plaza.
“Ha oúta la progreso ore ári. Qué le vamos a hacer” (Vendrá el progreso sobre nosotros)”, responde acerca del proyecto del gobierno con incredulidad. “Ver para creer, he’i Santo Tomás”, resuelve. “Con este gobierno todo es sueño. Hace cuánto que nos dicen que se arreglará y se ensanchará Tape Tuya”, remata.
En ese recorrido de conocer la opinión y el conocimiento de la gente sobre el mega viaducto, intentamos comunicarnos con varios referentes de la Municipalidad. Hasta que pudimos dar con el encargado de Obras Públicas de la ciudad, el señor Mauro fernández.
“Todavía nada. Solo lo que el intendente (Carlos Echeverría) publicó en sus redes sociales”, fue la respuesta de Fernández. Nos recomendó comunicarnos con el Ministerio de Obras Públicas.
“Esta es la obra de intervención urbana más grande en la historia del Paraguay. Tendrá un gran impacto a nivel nacional, reafirmando el rol de Asunción como madre de ciudades, como centro político y económico del Paraguay”, había definido al proyecto el presidente Santiago Peña, el 7 de abril de este año.
Se anunció entonces que la inversión prevista era de USD 180 millones con un plazo de ejecución de tres años.
“Hoy estamos delante de nuestra primera autopista urbana, esa autopista que nos conectará entre el área metropolitana de Asunción con la ruta PY02”, señalaba entonces la ministra de Obras Públicas, Claudia Centurión
Según el proyecto del gobierno la autopista elevada de casi 4 kilómetros tendrá dos calzadas y cuatro carriles, que conectará las avenidas Ñu Guasú y Silvio Pettirossi.
Un punto vacío
“Una autopista elevada es un punto vacío en toda ciudad. Y en esta caso alterará todo el paisaje. Lo que necesitamos es mejorar el transporte público (solo %8 por ciento de la gente se moviliza en transporte público, el resto lo hace en moto o en auto)”, sostiene el arquitecto Zárate.
Progreso y modernidad
“Esta infraestructura no es el fin, sino un medio para un fin mayor: el progreso de un país moderno y el paso decidido hacia el gigante que estamos destinados a ser”, sostiene la ministra Centurión.
“Ver para creer”, repite el licenciado Gayoso.
Foto de portada: Imagen ilustrativa elaborada por MOPC