Estamos a un año del Acta de Entendimiento entre Paraguay Brasil en torno del Anexo C de Itaipú. Este acuerdo “deja varios temas abiertos que son muy relevantes para nuestro país: incrementos viables de royalties, utilidades, resarcimientos, venta de la energía…”, afirma el docente investigador de la Facultad Politécnica Victorio Oxilia. En este artículo, con ayuda de Oxilia, les acercamos cuatro cuestiones principales en juego.
En abril del año pasado autoridades del gobierno de Brasil y de Paraguay habían establecido un acuerdo puente, firmado luego el 7 de mayo. En aquel acuerdo, denominado Acta de Entendimiento, se establecieron varias cláusulas muy importantes. La principalísima, y la que fue presentada por el gobierno del presidente Santiago Peña como una conquista histórica, fue el aumento de la tarifa de la energía de Itaipú. Subió a 19,28 Kw-mes.
Por qué el aumento de tarifa era tan importante. Porque en esta tarifa, además del costo operativo de producción de energía, se ubicó un costo “discrecional”: los gastos sociales. Por este costo “discrecional”, Paraguay recibirá hasta el 31 de diciembre del 2026 USD 650 millones anuales. Un dinero que el gobierno lo está usando en diversas cuestiones no establecidas en el Presupuesto General de Gastos de la Nación, como una caja paralela.
La venta de la energía
Por el Anexo C, Paraguay cede a Brasil su energía excedente. Por esta cesión antiguamente recibía un ínfimo aporte. Antes de los acuerdos Lula-Lugo (2009), ingresaban al fisco alrededor o menos de USD 120 millones. Luego el pago por la cesión se triplicó. Esos son los fondos que luego se trasladaron a los municipios. En el Acuerdo de Entendimiento, se estableció que apenas se revise el Anexo C, Paraguay podrá vender su energía excedente a Brasil.
Por la cesión de la energía, en el 2024 Paraguay recibió USD 240 millones. La mayoría de los expertos indican que en una venta este monto se debería cuadruplicar. Es decir, Paraguay, en la actualidad, debería recibir unos USD 960 millones al año por su energía excedente.
“Cada día que pasa, Paraguay pierde”, sostiene la ingeniera Mercedes Canese, ex viceministra de Minas y Energía.
También el 2024 se verificó un significativo aumento de uso de energía en consumo interno. 18% más en relación el año anterior. Fue así que la demanda interna, fuertemente influida por las granjas criptomineras y por la pérdida de energía en los tendidos de transmisión y distribución presionó, por vez primera, la contratación por parte de la ANDE (Administración Nacional de Electricidad) del 60% de la energía producida por Itaipú.
Y una última cláusula, la más importante para Brasil, establece que, a partir del año 2027, la tarifa de Itaipú corresponderá solo a los costos operativos si ningún “costo discrecional”.
Las negociaciones
En el mismo acuerdo se había definido que la revisión del Anexo C debía cerrarse a más tardar el 31 de diciembre de 2024. Pero luego se determinó otra fecha, a más tardar este 30 de mayo.
Fue en ese ruedo que desde Brasil se informó que el gobierno de Jair Bolsonaro, durante el 2022 e inicios del 2023, estableció un espionaje a autoridades paraguayas, incluido al entonces presidente de la República, Mario Abdo Benítez.
Recordemos que el tratado, firmado en 1973, debía revisarse a 50 años. En este caso, en el 2023.
Ante la confirmación del gobierno de Luiz Inácio Lula Da Silva del hecho, a través de un comunicado de su Cancillería, el gobierno paraguayo decidió congelar las negociaciones hasta tanto recibir un detallado informe de lo ocurrido por parte del gobierno brasilero.
Para el docente investigador de la Politécnica lo que hizo el gobierno paraguayo, de parar la pelota, es lo que corresponde, “porque el hackeo se dio en el ámbito de estas negociaciones”.
“Ahora bien, a Paraguay no le conviene esta situación. A Paraguay le conviene continuar de manera tranquila las negociaciones sobre ITAIPU. Son muchos aspectos que deben ser desarrollados y que no quedaron claros en el acta de entendimiento de abril de 2024, cuando se generaron grandes excedentes económicos para Paraguay, por el alza de la tarifa”, esgrime.

Las cuestiones en juego
En resumen, de acuerdo con Oxilia, estos son los puntos del acuerdo de entendimiento muy relevantes para nuestro país:
1- Incrementos viables de royalties, utilidades, resarcimientos y compensación por cesión de energía. Oxilia sostiene que, si bien se acordó suspender los gastos discrecionales, ello no impide que se negocien incrementos de beneficios en los citados conceptos.
2- Venta de energía (adicional a la de Itaipú), de manera inmediata, al ambiente de contratación libre del mercado eléctrico brasileño (ejemplo la licitación lanzada por la ANDE hace unos meses). Esto para analizar lo que es o no conveniente en esta modalidad de venta (el mercado manda en lo que se refiere a precios).
3- Venta libre de energía paraguaya de ITAIPU al mercado eléctrico brasileño.
4- Condiciones de contratación de la energía (potencia, en realidad) de ITAIPU por parte de la ANDE. Según Oxilia, la ANDE posee condiciones más favorables que Brasil hasta el 31 de diciembre del 2026.
Ante la saturación de nuestra capacidad disponible por el crecimiento de la demanda eléctrica, “sería muy conveniente dejar unos lineamientos sobre condiciones para una futura importación/exportación de energía a futuro”, define el investigador.
Para nuestro país, es una negociación muy importante.