En relación a la criptominería, un tema, que en líneas generales solo conocemos de nombre, fue investigado en profundidad por Lis García de BASE IS. Dada la complejidad del tema hacemos dos entregas.
“La minería de monedas digitales está reconfigurando todo, en el marco de la extensión de las fronteras extractivistas”, sostiene la investigadora social Lis García. A pesar del alto consumo energético a bajo costo y casi sin presión tributaria, la criptominería constituye una actividad que produce muy poco empleo.
Según el último informe de la Administración Nacional de Energía (ANDE), unas 72 empresas dedicadas a la minería de criptomonedas se encuentran operando actualmente de forma legal en nuestro país. Las mismas representan un total de 391 MW de potencia contratada.
– En tu artículo de investigación sobre el tema del 2022, junto con el ingeniero Guillermo Achucarro, habían advertido que la criptominería era una profundización del modelo de economía extractivista. ¿Podrías explicarnos qué se considera por extractivismo?
– La caracterización de la criptominería como una forma de extractivismo se debe al uso intensivo de la energía hidroeléctrica como materia prima, para producir mercancías digitales que son exportadas. El extractivismo es un concepto trabajado por varios autores y autoras entre quienes se destaca Eduardo Gudynas. Éste caracterizó al extractivismo como un “estilo de desarrollo basado en la apropiación de la naturaleza” (Gudynas, 2009: 188). Más particularmente definió el extractivismo como “un tipo particular de extracción de recursos naturales, en gran volumen o alta intensidad, de los cuales el 50% o más es destinado a la exportación, como materias primas sin procesar o con un procesamiento mínimo”, sobre el entendido de que incluye no sólo la explotación, sino las fases previas de exploración y descubrimiento y las fases posteriores de cierre y abandono de los sitios de apropiación (Gudynas, 2013: 15).
– Y entonces, ¿la criptominería se ajusta plenamente a estas consideraciones?
– En primer lugar, se puede subrayar que la propia denominación de esta actividad vincula su desarrollo con el extractivismo: es un tipo de minería en el mundo digital. De hecho, el referente empresarial de minería de criptomonedas entrevistado en el 2022 señalaba que la denominación de esta actividad “es una analogía a la minería tradicional donde se gasta energía para encontrar minerales preciosos. En la minería de bitcoin son computadoras las que trabajan utilizando su potencia de cómputo para validar y registrar transacciones en la red, donde se recibe como premio una fracción de bitcoin” (Referente empresarial de la criptominería, 2022).
En segundo lugar, lo producido no se consume localmente, sino que es prioritariamente exportado. El referente empresarial en la entrevista mencionada expresaba que ofrecer el potencial energético del país para la producción de criptominería constituye una manera de exportar este recurso estratégico, a través de la venta a clientes extranjeros de la potencia energética local a bajo costo. Así, la mayor parte de las criptomineras – legales e ilegales – forman parte de capitales – o intereses de capitales – extranjeros.
– ¿Cuáles son los estímulos que ofrece Paraguay a esta forma de explotación “minera”?
-El estímulo para los capitales extranjeros constituye no solo el bajo precio de la energía – la más barata de la región – sino además la baja presión tributaria para la importación de la tecnología necesaria para la actividad. La misma está sujeta a la utilización de tecnología cuyas condiciones de producción no se pueden replicar en el país, debido a la precaria situación del sistema científico nacional. Con ello se reproduce el modelo de dependencia típico del extractivismo: se exporta materia prima producida a partir de actividades que requieren la importación de tecnología de alto desarrollo.
– ¿Y en cuánto al empleo?
– A pesar del alto consumo energético a bajo costo y casi sin presión tributaria, constituye una actividad que produce muy poco empleo. De acuerdo a las declaraciones del mencionado referente, la actividad minera de criptomonedas genera 6 empleos por 1 MW que equivale a 1 millón de vatios, contemplando jornadas de 8 horas de trabajo en empresas que funcionan las 24 horas; es decir, dos puestos de trabajo por cada turno laboral (3 en total) de 8 horas (en el caso de que se cumplan las normativas vigentes en términos de derechos laborales). A estos puestos de trabajo se podría sumar el de seguridad y limpieza. El conjunto de tales oficios no requiere de calificación técnica ni científica. Por lo tanto, atendiendo las condiciones laborales en el país, se podría deducir que el salario de estos/as trabajadores/as se encontraría en torno al mínimo existente.
– ¿Qué hay de los empleos indirectos?
– Los empleos indirectos que genera, son temporales y precarios. Por un lado, en la fase de construcción de los data center; y, por otro, los de comercio y la logística involucrados en las importaciones de los equipos tecnológicos, junto a otros puestos de trabajo indirectos en el sector de servicios, principalmente informáticos y de comercio exterior. En este sentido, el propio Ministerio de Industria y Comercio (MIC) en su dictamen sobre el estudio del proyecto de ley que buscaba regularizar la minería de criptomonedas en Paraguay afirma que esta actividad económica genera pocos empleos en relación al nivel de consumo energético que requieren. Sobre los mismos, además, pesan posibles escenarios de incertidumbre y volatilidad al no estar reguladas por el Banco Central (BCP).
– Cuando habla de la extensión de la frontera extractivista, ¿a qué otra forma de economía hace referencia?
– Este cuadro de situación se hace equiparable a la dinámica económica propia de las cuatro fases constitutivas de la cadena sojera. En las mismas, el trabajo directo es escaso y prioritariamente de mala calidad, mientras tanto, los trabajos indirectos son estacionales y altamente informales; además, su desarrollo.
– ¿De ahí que lo plantea como extensión de la frontera extractivista?
– Y sí, por lo anteriormente expuesto, la criptominería puede ser entendida como una ampliación de las fronteras extractivistas en el país. Esta caracterización visibiliza el peligro que conlleva esta actividad en el país, el cual es el más vulnerable a las condiciones de adaptación al cambio climático de la región debido a su dependencia estructural que se expresa en debilidad institucional.
Al estudio Gudynas se puede acceder a través del siguiente enlace: http://extractivismo.com/wp-content/uploads/2016/06/GudynasExtractivismoSociedadDesarrollo09.pdf