La industria del software viene creciendo desde hace años en Paraguay

Según Vanessa Cañete, presidenta de la cámara de la industria de software, este crecimiento debe ser acompañada por políticas públicas del Estado para formar más profesionales y atraer inversiones extranjeras.

La digitalización de las actividades económicas en todos los sectores avanza con mucha velocidad. También la automatización (el uso de los algoritmos, por ejemplo) de las empresas públicas y privadas.

Esta digitalización y automatización de la producción y comercialización en Paraguay y el mundo, fundamentalmente de la mano de la red, hizo que aumente sustancialmente la demanda de productos para un sector en Paraguay: la industria del software y de los servicios informáticos. Por esto, también creció la demanda de los profesionales que desarrollan software, los llamados “desarrolladores de software”.

Los profesionales de esta industria, que tiene un importante crecimiento en Paraguay, desarrollan para el mercado local e internacional tres tipos de software: De aplicación, diseñado para cumplir determinadas funciones o tareas, de programación, diseñado para crear programas, y de sistema, diseñado para permitir la comunicación con el hardware y crear el entorno para que las aplicaciones funcionen.

En esta entrevista, Vanessa Cañete, presidenta de la Cámara Paraguaya de la Industria del Software (CISOFT) e ingeniera informática, explica que esta “industria viene en crecimiento desde hace varios años en Paraguay”, y que, por ellos, la demanda de desarrolladores e implementadores calificados “va en constante aumento”.

Vanessa Cañete, presidenta de CISOFT.

Cañete dice que, sin embargo, esta industria está teniendo dos grandes desafíos: la capacitación de los futuros profesionales que engrosen la lista de profesionales calificados en las empresas de este sector, y las políticas públicas que el Estado debe diseñar e implementar para impulsar la producción y el mercado del software. Superados estos dos desafíos, afirma que vendrá más inversión externa para esta industria paraguaya.

-¿Cuánta es la necesidad que hoy tienen los profesionales de la industria del software en capacitación y formación para apuntalar esta industria?

La cámara no tiene un seguimiento específico de esto. Pero es y siempre fue un problema la escasa cantidad de talento que tenemos en tecnologías de la información, las búsquedas de estos profesionales toma entre 3 y 6 meses. En los últimos años, de tanta escasez, pudimos observar una reconversión laboral de ingenieros electrónicos, electromecánicos, economistas y especialistas en marketing que se han capacitado para ingresar a la industria del software y lo han logrado con mucho éxito.

Además de que las empresas aún estamos buscando habilidades básicas como programación web y móvil, en los últimos años la industria del software y muchas otras se ven en la obligación de volver a capacitar a más del 50% del personal en nuevas herramientas y tecnologías. Esto denota que las nuevas generaciones tienen mucha ventaja en esta industria por su capacidad de aprendizaje.

-¿Hay algún curso o programa de capacitación en ideas o en ejecución desde el Estado paraguayo para los profesionales del sector?

Desde el MITIC hay un programa de becas que se lanza cada año. Este año aún no se ha lanzado, pero está planificado. Estas becas permiten formarse de manera acelerada en nuevas tecnologías, en cursos de entre 3 y 6 meses. Hay proveedores nacionales y también internacionales.

Desde la cámara estamos impulsando el bootcamp intensivo Programando+ de la mano de Fundación CIRD. Este bootcamp es el resultado de más de tres años de experimentos durante el proyecto Programando Paraguay, lo que permitió al equipo académico aprender a transmitir conocimientos de manera acelerada a jóvenes de entre 18 y 30 años. Este bootcamp tiene un costo muy bajo en comparación a las opciones internacionales de bootcamps acompañados. Por dar un ejemplo, en Paraguay cuesta G. 5.000.000 y en otros países está alrededor de 25.000.000. Creemos que este tipo de iniciativas son las que pueden funcionar.

En julio o agosto de este año vamos a estar lanzando becas pagadas por empresas de la cámara para este programa.
Además, empresas de la cámara han accedido a cursos de especialización para sus empleados en India, todo pago, gracias a un programa de la embajada de India. Estos cursos son más cortos (alrededor de un mes), pero aún más intensivos.

¿Cuáles son las estadísticas que la cámara tiene sobre producción y exportación de software desde Paraguay a otros países del mundo?

Sabemos que tenemos alrededor de 300 empresas de software o relacionadas a TI en el país, y que hay una parte de ellas que ya se han internacionalizado o están exportando a otros países. Sin embargo, desde la DNIT y desde el MIC no estamos encontrando mecanismos para medir exactamente esta exportación.

La mayor parte de las exportaciones que conocemos son a USA, Canadá y México. Y, en general, son en modalidad outsourcing.

Sí, hay mucha perspectiva de crecimiento, dado el impulso que está teniendo la creación de startups (pequeñas y medianas empresas tecnológicas). Se espera que estas empresas escalen rápido y hagan soft landing (un aterrizaje lento) en otros países en un periodo de 3 a 5 años.

-¿Cuál es la perspectiva de crecimiento que tiene la producción y exportación de software para los próximos años?

La perspectiva es buena. La industria viene en crecimiento desde hace varios años.
Paraguay todavía puede competir en los mercados de nearshoring (deslocalización cercana) y en el desarrollo de startups tecnológicas, debido a su ubicación estratégica y a los costos competitivos (en relación a la región).

Además, con toda la nueva tendencia de implementar inteligencia artificial en los procesos empresariales, será inevitable y va en constante aumento la demanda de desarrolladores e implementadores calificados.

Lo único que puede impedirnos avanzar y crecer es que no se implementen las inversiones estratégicas que necesitamos en educación, investigación y desarrollo. Estas inversiones pueden venir del gobierno o del sector privado, pero es necesario trabajar en políticas públicas que incentiven y hagan rentables estas inversiones.