Asunción: Vigilia permanente contra la construcción de una nueva estación de servicio

“Más flores, menos surtidores”. Vecinos de Trinidad, Mburukuja y Mandame Linch están en vigilia, en la Municipalidad de Asunción, a la espera de que el intendente Luis Bello suspenda inmediatamente el permiso que el exintendente Oscar Nenecho Rodríguez otorgó a la empresa Fuelpar.

 

El último sábado explotó el tema cuando algunos vecinos intervinieron el curso de las obras en Santísima Trinidad y Cirilo Gill, logrando que los obreros dejen sus trabajos. Lograron así la intervención municipal y la promesa de una resolución de la intendencia por la cual se suspenda.

Aunque el mismo Bello había firmado una resolución contra el permiso siendo presidente de la Junta Municipal, les había pedido un tiempo para munirse de argumentos legales sólidos.

Ayer, desde las seis de la mañana, una veintena de vecinos recorrieron piso por piso detrás del expediente, hasta que, ya en asesoría jurídica, consiguieron hablar con el director jurídico Jorge Sabate.

Este, según el vocero vecinal Jorge Paredes, les pidió un poco más de paciencia para que la argumentación no deje al descubierto a la municipalidad desde la perspectiva legal.

Para los vecinos es muy claro que una nueva estación de servicio no se puede instalar en dicho lugar por cuanto que a pocos metros hay otra estación de servicio y también un edificio de 30 pisos de viviendas.

Estos dos elementos dejan en flagrancia “el delito que han cometido”, sostiene Paredes, ya que, como lo ha sostenido en su comunicado la comisión comunal, “contraviene la Ordenanza Municipal N.º 07/11, que prohíbe la instalación de nuevas estaciones a menos de 1.000 metros de otra y prohíbe la instalación a menos de 50 metros de lugares de aglomeración de personas”.

Fue así que al reinicio de la campaña de resistencia, ayer los activistas vecinales fueron entregando flores a los funcionarios municipales. “Más flores, menos estaciones de servicio” pusieron en la pancarta que dejaron a la puerta de la intendencia y de la dirección jurídica de la Municipalidad de Asunción.

Todo se precipitó cuando al otro día de la reunión con el intendente asunceno, en la que este prometió juntar argumentación legal para la medida de suspensión, la empresa Fuelpar ubicó el cartel de obras de construcción.

“Alguien filtró la información a la empresa” esgrimen. Y esta medida de instalar el cartel de inicio de obras, registrado por los vecinos, generó la alarma. Y ya el sábado, como se ha dicho, lograron frenar.

El permiso otorgado por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Social (MADES) a esta empresa se produjo un poco antes de que el presidente de la República Santiago Peña decrete la suspensión de los permisos por cinco años.

El activista Jorge Paredes y mucha gente más sospechan que las empresas y los funcionarios del MADES apuraron los permisos a sabiendas de que se venía el decreto presidencial.

Entonces, en todo el país siguen en construcción muchísimas obras, pero no se sabe cuántas habilitaciones se dieron desde el ministerio.

En el caso que nos ocupa, por resolución de la Junta Municipal del 2 de abril de este año se había encomendado suspender de inmediato el permiso, por contravenciones con la ley y la ordenanza municipal.

“Esta resolución era de cumplimiento obligatorio”, sostiene Paredes.

Así, los vecinos pararon las obras justo cuando estaban talando los árboles, al decir de Paredes.

Las obras no solo quebrantan la ordenanza municipal. Los vecinos recuerdan que el Plan Regulador establece que no pueden instalarse emprendimientos de expendio de combustibles en el Eje Habitacional Santísima Trinidad.

En Asunción ya existen 180 estaciones de servicio, según cifras que maneja la Dirección de Gestión Ambiental de la Municipalidad de Asunción.

 

 

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