Desde la designación de Elon Musk como director del Departamento de la Eficiencia hasta la presencia en primera fila de los dueños de Amazon, Mega, Aple y Google fueron una puesta en escena del conglomerado de capitales tecnológicos con el nuevo gobierno norteamericano. Es una demostración del poder concentrado en telecomunicaciones, “que busca implantar un dominio sobre el mercado, la sociedad y la política”, al decir del articulista Gustavo Reinoso. A esa puesta de escena, ayer Donald Trump anunció la inversión de unos USD 500.000 millones en Inteligencia Artificial (IA).
Una imagen para la historia. Así lo ha descrito el periodista Luis Olavarrieta, señalando la presencia en primera fila de Elon Musk, Jezz Bezos, Mark Zuckerberg y Sundar Pichai. Aunque se olvidó de la presencia del CEO de TikTok, en el fondo de la sala de invitados, la toma de mando de Trump fue precedida por la suspensión de la ley que prohibía el uso de esta aplicación china en Estados Unidos. Esta aplicación cuenta en Estados Unidos con más de 170 millones de usuarios.
“Quiero agradecer al presidente Trump por su compromiso de trabajar con nosotros para encontrar una solución que mantenga a TikToc disponible en Estados Unidos” había publicado en video Shou Zi Chew, CEO de esta empresa digital.
Arreglada la “escena digital”, el CEO del gigante chino fue invitado a la asunción de Trump.
Si bien la dinámica de concentración no es algo nuevo, sí lo es esta puesta en escena que tuvo en su epicentro la designación de Elon Musk al frente del Departamento de la Eficiencia, un nuevo departamento creado para destruir “en sus honduras esa cuestionada burocracia estatal desde la lógica “libertaria”, que tiene al gobierno de Javier Milei como un paradigma, arriesga el articulista (editorialista de El Prisma)”, Gustavo Reinoso.
No es la primera vez que un magnate asume un rol preponderante en el gobierno de Estados Unidos, recuerda Reinoso, e infiere que esta presencia significativa del conglomerado en la asunción de mando presidencial podría ser un émulo del período de JF Kennedy, cuando los norteamericanos lograron plantar la bandera norteamericana en la luna.
Pero a los norteamericanos no les ha ido muy bien en los últimos tiempos en la carrera espacial.
De hecho, el 16 de enero, días antes de la asunción de Trump, unas imágenes de la desintegración de un cohete de la empresa SpaceX de Elon Musk recorrían por todos los medios de difusión. La nave Starship, en su séptimo vuelo de prueba, había despegado desde la base de SpaceX en Texas. Se lo había anunciado como parte de un sistema de cohetes más potente que se haya construido hasta ahora, y que, al decir de Musk, podría utilizarse para llevar seres humanos a la luna y a Marte.
Entre una de las tantas resoluciones revertidas del gobierno anterior, la suspensión momentánea de la medida de cancelar Tik Tok ha sido, en el mundo digital, la nota más trascendente hasta el momento en que el flamante presidente asumió la Casa Blanca.
Hasta ese momento.
¿El fin de la “guerra comercial tecnológica”?
Aunque no se sabe muy bien si son medidas solo para cerrar página “demócrata” y abrir una nueva agenda, una suspensión total de la medida podría darnos más pistas sobre la nueva línea de Trump en la guerra comercial y tecnológica entre Estados Unidos y China. Esta guerra había llegado a su máxima tensión durante el primer gobierno de Trump. Se instalaron sendas demandas contra el gigante asiático Wuawei, distribuidor de teléfonos inteligentes y tecnología 5G.
Una vuelta de tuerca
Por su parte, el analista de sistemas David Acuña entiende que una vuelta de tuerca puede deberse básicamente a que todo lo que se produce en el área de telecomunicaciones está entrelezado, que piezas creadas en China usa tal o cual empresa norteamericana y viceversa. Y que, en ese marco, es probable que el capital norteamericano busque más participación en las acciones de otras empresas cuyas matrices se encuentran en el gigante asiático.
Puede darse también un revival de la política de “utilizar lo mejor del enemigo” ya que la interdependencia tecnológica es inapelable, asume David.
Si Musk u otras compañías norteamericanas quisieran comprar acciones de Tik Tok, Trump dijo que estaría de acuerdo. De hecho, ya en conferencia de prensa, luego de asumir el asiento en la Casa Blanca, aseguró que tiene “un cariño especial” por TikTok, ya que, según él, le ayudó a ganar el voto joven en las elecciones.
Una de cal y otra de petróleo
Pero no todas las medidas apuntan a favorecer los nuevos emprendimientos de Musk, sobre todo los que estén sostenidos en energías (combustión) consideradas renovables como el auto eléctrico impulsado por Tesla, una de sus empresas. Trump ha dicho que volverá a priorizar el petróleo y dejará todas las alternativas de energía no fósiles.
USD 500.000 millones en IA
Si a la asunción la nota más importante en el mundo digital fue la rehabilitación de TikTok en Estados Unidos, un día después fue, sin embargo, el anuncio de un megaproyecto de inteligencia artificial (IA), con el nombre de Stargate, con inversiones de «al menos 500.000 millones de dólares» en Estados Unidos. El anuncio lo hizo Trump en la Casa Blanca, frente a los directores ejecutivos Larry Ellison (Oracle), Sam Altman (OpenAI) y Masayoshi Son (holding japonés SoftBank). En la misma conferencia, Trump aseguró que Stargate se constituirá en una infraestructura física y virtual para impulsar la próxima generación de avances en IA, incluida la construcción de «centros de datos colosales». «Esta compañía monumental es una rotunda declaración de confianza en el potencial de Estados Unidos bajo un nuevo presidente», sostuvo Trump, un día después de su investidura para un segundo mandato.
“Solo el tiempo nos dirá si es el término de una guerra comercial entre gigantes de China y Estados Unidos o una simple recomposición del intento de liderazgo en esta área de Estados Unidos”, cierra su análisis Gustavo Reinoso.
O las dos cosas a la vez.