El viernes 24 de enero un bitcoin cotizaba en el mercado cambiario virtual USD 105.879. Este ascenso vertiginoso volvió a ubicar la moneda en el centro de atención de los compradores y los productores. En Paraguay hay más de 160 granjas “mineras”, entre legales e ilegales, que usan el 25% de la energía que distribuye la ANDE en todo el país. Acá te contamos los detalles de la producción, el uso y el intercambio de esta moneda.
En Paraguay, el bitcoin es la moneda más buscada por las granjas criptomineras. Para esta búsqueda, de media y alta tensión, usan una computadora especial denominada ASIC, producida y configurada en China y Tailandia, principalmente.
Hasta junio del año pasado, la ANDE (Administración Nacional de la ANDE) tenía registrados a 72 establecimientos.
Pero con el aumento del 16% de la tarifa impuesta por la ANDE para las criptomineras, muchas de ellas se sumaron -o pudieron hacerlo- a la clandestinidad.
La Cámara Paraguaya de Minería de Activos Digitales (Capamad) calcula entre 60 a 100 granjas que usan la energía sin pagar la energía o la camufla para otro uso, a fin de evitar el pago diferenciado, mayor.
También, en Paraguay, para otras monedas, ha habido un boom de establecimientos caseros, de dos o tres computadoras. La mayoría de estos emprendimientos usan instalación trifásica, pero estas criptomineras domésticas se dedican, preferentemente, a buscar otras monedas: Litecoin, Ethereum, Monero, Dogecoin o Shiba Inu
Una vez instalada la granja, pequeña, mediana o grande, el costo principal del emprendimiento lo constituye el uso de la electricidad. Para las empresas legales, este costo alcanza el 70%, al decir de Jimmy Kim, titular de la Capamad.
Una mediana granja, de unas doscientas computadoras, puede utilizar la energía de 10 manzanas, un barrio, sostiene el ingeniero de la ANDE, Hugo Rolón, a cargo de los decomisos de equipos de las granjas ilegales.
Pero las grandes llegan a concentrar hasta 2.000 o más máquinas que buscan minar la moneda, entre ellas Penguin, en Hernandarias y Bitfarmas, Paso Pe, zona Villarrica, y Colonia Yguazu…
Entre las legales y las ilegales, sin contar la microminería (casera), se utiliza alrededor del 25% de toda la energía consumida en Paraguay.

Esta realidad ha incidido también en la mayor contratación de energía producida por la Itaipú, que en el 2024 alcanzó un récord histórico: 38.38% del total, superando con creces las medias anteriores de 17 a 20%.
Las criptomineras legales, en proporción, han pagado cinco veces más de lo que Brasil ha remesado por cesión de la energía, asume el presidente de la Cámara.
Al igual que la fiebre del oro en Paso Yobai (la exportación legal registrada el año pasado alcanzó los dos mil kilos), la búsqueda del bitcoin ha tenido un fuerte empuje por el alto valor de la moneda que, luego de una media de USD 60.000, el 1 de enero de este año alcanzó el precio de USD 94.419. Y luego, al 28 de enero, trepaba a USD 105.879
Cómo gana el “minero”

En el origen se ubica la cadena de bloques creada por Satoshi Nakamoto (un seudónimo), cuya identidad real aún se desconoce. La cadena genera un algoritmo mundial, un libro contable abierto, un sistema en el que todas las transacciones sean de persona a persona.
La cadena de bloques de bitcoin es un archivo digital que registra todas las transacciones de la red bitcoin. Es una contabilidad pública compartida que funciona como un libro de contabilidad gigante.
Las máquinas buscan (de ahí su definición de minería) algoritmos para validar las transacciones. Una vez que se valide esta transacción el sistema recompensa con un bitcoin, a ese bitcoin se le da un valor de acuerdo a la oferta y la demanda.
Esa moneda se alberga en un archivo digital. Y se la puede negociar de walet a walet (una billetera electrónica). Tanto la compra como la venta se da por transferencia bancaria, por tarjetas de crédito, de débito o tarjetas especiales de las casas de cambio.
Todas las criptominerías compiten por quedarse con las monedas.
De un total inicial de 21 millones de bitcoins para minar, hoy quedan aproximadamente 1,2 millones de bitcoins.
“La escasez afecta al mercado y hace que bitcoin sea más valioso. Con el tiempo, los mineros se enfrentan a una mayor competencia, lo que aumenta los costos y los márgenes de ganancia potenciales”, explica el experto Sal Miah.
Las monedas virtuales no tienen control de los estados y sus bancos centrales.
Se utilizan como cualquier otra moneda, pero no se pueden seguir las transacciones. Al no tener control financiero pues se pueden utilizar para operaciones delictivas con mayor facilidad que la moneda tradicional.
Si querés comprar te envían la moneda, en archivo digital, a tu billetera. Y vos pagás con una transferencia bancaria el costo de ese momento.
Hay más de 50 casas de cambio mundiales. En Paraguay, operan, entre otras, X4T, BitBase y Bit2Me.
“Con tarjeta de crédito, débito o prepago y transferencia bancaria. También puedes usar Bit2Me para vender e intercambiar Bitcoin y otras criptomonedas como Ethereum, Litecoin, Dash, Bitcoin Cash y muchas más”, ofrece en su página la casa de cambios Bit2me.
X4T, autoproclamada la mayor tienda de monedas virtuales, hizo su gran aparición en la Expo Mariano Roque Alonso, el año pasado.
En síntesis, hay dos formas de conseguir la moneda: minando o comprando de las tiendas.
“El oro y el bitcoin comparten cualidades similares, ya que ambos tienen una oferta limitada y un valor elevado. A medida que aumenta la demanda de bitcoin, su precio suele aumentar. Este modelo de escasez ayuda a protegerse contra la inflación, lo que hace que el bitcoin sea atractivo como reserva de valor”, resume Sal Miah.