El futuro del etanol en Paraguay

Más tecnología y mejor manejo de suelo pueden aumentar significativamente la producción en Paraguay.  En la misma cantidad de suelo, se la puede doblar.  ¿Cómo y qué hacer?

*Por Gustavo Reinoso

La producción de etanol y su uso como combustible se constituye en una actividad agroindustrial con importante potencial de rentabilidad en el Paraguay. Su uso masivo mezclado con los derivados del petróleo ofrece a los inversores un mercado permanente y en crecimiento. Las condiciones de nuestro suelo y clima otorgan condiciones perfectas para la producción de las materias primas agrícolas, a partir de las cuales se produce el combustible.

Que el parque de vehículos fabricados por la industria automotriz del Mercosur, con el Brasil a la vanguardia, opte por un decidido impulso a los motores “Flex” capaces de funcionar con etanol o nafta convencional, en cualquier proporción, convierte al etanol como interesante oportunidad de inversiones y negocios para en el país.

La legislación nacional con la ley N° 5444/2015 “De Fomento al consumo del alcohol Absoluto y Alcohol Carburante” y su modificación la Ley N°7357/2024 disponen que para su venta en el país el combustible “Flex” debe mezclarse en la siguiente proporción: 85% de alcohol absoluto y 15% de nafta, en productos de hasta 85 octanos, en tanto en las naftas para motores convencionales de menos de 97 octanos el porcentaje de alcohol es del 30 % desde este año 2025 y debe llegar al 32% para el año 2030.

En el país se utilizan principalmente el maíz y la caña de azúcar para producir etanol. El maíz  proviene de la producción de los cultivos de rotación de los productores de soja y en estos momentos el maíz resulta una materia más rentable que la caña para la fabricación de etanol.

Para ser rentable en Paraguay, la producción  del combustible a partir de la caña de azúcar debe transformarse. Actualmente el modo de producción resulta caro e ineficiente con escasa rentabilidad para la producción industrial.

El abono de la tierra y la siembra de la caña deben adoptar criterios técnicos que estimulen el mayor rendimiento. La cosecha -o corte- debe ser totalmente mecanizada prescindiendo de los braseros que, con machetes, cosechan la caña de azúcar.

El transporte de la tierra del productor al ingenio o planta de alcohol es un aspecto crucial.  Mientras más alejado está el productor de la instalación fabril es menos conveniente. En Paraguay la distancia de transporte es en promedio 30 kilómetros, mientras en el Brasil, el líder de esta industria, es tan solo 15 kilómetros en promedio.

La logística del transporte también es fundamental. El rendimiento por hectáreas también debe ser optimizado. En nuestro país el rendimiento de producción de caña de azúcar se ubica aproximadamente en 40 toneladas por hectáreas, mientras en el Brasil se dúplica o incluso se superan las 80 toneladas por hectárea.

Al adquirir la materia prima del productor, la industria debe comprar por contenido de sacarosa y no por toneladas, a fin de optimizar la calidad de la materia prima. También se deben introducir variedades de maduración rápida y pasar de una zafra de seis meses a una de nueve meses.

Si se aplican estos modos de producción, el precio de la materia prima debería reducirse en por lo menos un 40%.

Fortalecer la producción alcoholera a partir de caña de azúcar redundaría en una industria menos dependiente de las fluctuaciones climáticas.

El ciclo del maíz dura unos cuatro meses; en caso de sufrir una sequía de tres meses, tendríamos un impacto negativo en la producción. Sin embargo, con la caña de azúcar no se tendrían grandes inconvenientes en el mismo supuesto.

Nuestro país tiene potencial para desarrollar la industria de un biocombustible como el etanol, pero deben eludirse debilidades adoptando los procedimientos productivos arriba esbozados para lograr autentica competitividad económica.

*El autor agradece al ingeniero químico Rolando Abente su aporte técnico a la redacción de este artículo.

**En la foto de portada, la fachada de fábrica de alcoholes de José Mauricio Troche, Guairá.

 

 

 

1 comentario

  1. Muy bien por acertadas consideraciones sobre el potencial que para desarrollar la industria de biocombustible como el etanol, similares consideraciones son válidas tambien para el Biodiesel. A nivel nacional corresponde destacar adicionalmente la ventaja estratégica que significa reducir las importaciones derivados del petroleo: nafta y gasoil, reduciendo la dependencia de los petroleros, y el correspndiente ahorro de divisas en importaciones. Adicionalmente, con el aumento de la producción agrícola y su industrializacíon fortalece al sector empresarial y se crean nuevas fuentes de trabajo con mayores ingresos para asalariados y para el fisco. Además es importante considerar el la ventaja para conservación del Ambuiente limpio, teniendo en cuenta que el uso de los biocombustibles reduce las emisióniones toxicas de los motores. En resumen grandioso variado apoyo e impulso para la Política Nacional de Desarrollo Sostenible .

Responder a Rafael Carlstein Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


Más vistos

Opinión

× Anunciá con nosotros