El crecimiento de consumo eléctrico en Paraguay ha estallado

Este año habrá aumentado el 10 por ciento, ha dicho el titular de la ANDE Félix Sosa. En dos años entonces habrá disparado en un 28%. El aumento del precio para el 2026 quedó en remojo.

Más del 80 por ciento del consumo actual proviene de la hidroeléctrica de Itaipú. Así las cosas, el titular de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) asume que en menos de diez años también habrá terminado el excedente energético, aunque recuerda que 1000 MW estarán disponibles al cierre de los contratos con las criptomineras, en el 2027. Y se verá entonces la conveniencia de prolongar el contrato

En su informe anual, la institución presentó números “muy alentadores” no solo del crecimiento en el consumo sino de las inversiones para que llegue la energía “en todos los rincones”.

La ANDE es el primer aportante del fisco, es la empresa estatal de “mayor transparencia administrativa”, aseguró la institución en el corto documental presentado.

En remojo

El aumento en la tarifa anunciado para el año próximo ha entrado en remojo. En estudio del Ministerio de Economía y Finanzas para los que más consumen energía. “Se ha tomado para el estudio seis empresas de la región”, asumió Sosa.

El boom del consumo energético de este año nuevamente estará marcado por el uso domiciliario y el uso electro intensivo, centros de datos que buscan Bitcoin. Desde el año próximo entrarían a la cancha otros grandes consumidores, los procesadores de Inteligencia Artificial.

Solo una de las empresas, la norteamérica X8 Cloud quiere instalar su establecimiento, “el más grande de América Latina” con un consumo de 250 MW, más de lo que produce Acaray, la primera hidroeléctrica paraguaya.

Con este acelerado consumo, es probable que para el 2033 estemos ya utilizando toda la energía que corresponde a Paraguay en Itaipú y tal vez ya la de Yacyretá, comentó Sosa ya entrevista con El Prisma.

Para enfrentar el posible colapso energético, la Ande, en su plan maestro, ha ubicado una cantidad de nuevas alternativas de producción, pero lo concreto es que la mayor parte de las obras requeridas solo para administrar y distribuir la energía desde las hidroeléctricas se está financiando con créditos externos.

La institución asume un déficit de USD 200 millones.