Con paneles solares en una décima parte del embalse “tendríamos otra Itaipú”

Así lo asume el coordinador de las obras, el ingeniero Pedro Domaniczky. La prueba de generación con paneles solares flotantes en el embalse arrancará en la quincena de octubre. ¿Puede convertirse en un gran salto en la generación de nuevas fuentes energéticas? ¿De qué depende que lo sea?

El coordinador está y ve mucho entusiasmo con la posibilidad de ampliar rápidamente la generación de energía solar.

El embalse de Itaipú se extiende en 134.000 hectáreas. Una hectárea de ese lago hoy está cubierta por paneles solares flotantes. La idea con estos paneles es integrar directamente al sistema de distribución de la entidad para usar la energía en el área prioritaria de la entidad: un conjunto de oficinas y otras áreas técnicas.

Estos paneles ya están completamente instalados. En la actualidad están en período de ajuste. “Estamos haciendo testeo de conexionado y operaciones”, nos cuenta el ingeniero Pedro Domaniczky, coordinador de las obras.

Una vez en funcionamiento, se abrirá un período de seis meses de pruebas de ajuste. Los paneles no solamente serán una fuente alternativa de energía si no que producen un efecto importante en las aguas del embalse en la generación de energía hidroeléctrica: se evapora menos el agua. Entonces las turbinas tienen materia más abundante para generar energía hidroeléctrica.

Hace poco tiempo, las obras fueron visitadas por autoridades paraguayas y brasileras. El director de la margen derecha, Paraguay, Justo Zacarías Irún, había dicho que ese embalse está a disposición para consagrarse una segunda fuente de gran generación eléctrica.

Al 2030 y 2033 se establece la fecha promedio en la que Paraguay ya habrá consumido toda la energía que le corresponde tanto de Itaipú como de Yacyretá.

Los pronósticos se van ajustando. El gran salto en el consumo se dio en el 2024, con un incremento de 18 por ciento. Ahora, el presidente de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE), el ingeniero Félix Sosa, habla de un crecimiento de un poco más del seis por ciento para los próximos años.

Según Domaniczky solo en un diez por ciento del embalse, con paneles solares flotantes se podría contar con 13.000 MW de potencia. Actualmente, con las 20 turbinas, Itaipú produce, en su mejor momento, 14.000. O tiene capacidad de hacerlo. 

¿De qué depende este salto?

Así como están las cosas, Paraguay de nuevo juega a acordar con Brasil esta transición energética. Las relaciones entre estos dos países en torno de Itaipú están bastante congeladas. Antes de este congelamiento, el gobierno paraguayo había logrado alzar la tarifa de la potencia a 19,28 kW-mes, con lo cual logró “una conquista histórica” (al decir de Santiago Peña y las autoridades que negociaron). En qué consiste esa “conquista”. En ubicar como costo operativo los Gastos Sociales: unos USD 650 millones anuales hasta el 31 de diciembre del 2026. Es un dinero que se utiliza en forma directa, por licitaciones bajo normas establecidas por la Itaipú, sin ingresar en el Presupuesto de Gastos de la Nación. Y, por lo tanto, sin control de organismos públicos.

En el acuerdo de entendimiento, se estableció también que a partir de 2027 la tarifa integrará únicamente el costo operativo, sin otro “costo discrecional”. Bajar la tarifa al costo operativo ronda los USD 9 por kW-mes. Es lo que quiere Brasil. Pero antes Paraguay quiere negociar más cosas, ya que desde ese momento, el gobierno no contará con los Gastos Sociales.

Las negociaciones quedaron varadas a principio de año, llevando, a estas alturas, ya dos años de retraso la renegociación del Anexo C. del Tratado de Itaipú. El último retraso el gabinete de Peña adjudicó al espionaje cibernético que, desde Brasil, durante el gobierno de Jair Bolsonaro, se hizo sobre autoridades paraguayas.

El ministro de Industria y Comercio, Javier Giménez, uno de los voceros de dichas, y postergadas, negociaciones, dijo en su momento que ya había acuerdos en torno de un 80 por ciento de los temas sobre la mesa. Entre los temas de la mesa están las nuevas fuentes de generación de electricidad.

Las autoridades brasileras también están “entusiasmadas” con el proyecto, nos cuenta, para esta nota, el ingeniero Domaniczky.

¿Cuándo se retomarán las negociaciones?

Silencio del lado paraguayo. Y silencio del lado brasilero.

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