La caída histórica de la bolsa de valores de bienes tecnológicos (Nasdaq) se produjo a tan solo una semana después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, haya anunciado la inversión de al menos USD 500.000 millones en Inteligencia Artificial (IA).
Veamos lo que en menos de 10 días ha ocurrido.
Aquel 20 de enero, día de la asunción de Donald Trump, la foto para la historia, como la han calificado varios periodistas, se constituyó en una puesta en escena de los magnates de las empresas tecnológicas cuyas matrices están instaladas en Estados Unidos: Elon Musk, Jezz Bezos, Mark Zuckerberg y Sundar Pichai, en primera fila.
A esta primera puesta en escena, sucedió otra, calificada en su momento por el presidente Trump como “la declaración de confianza en el potencial de los Estados Unidos bajo un nuevo presidente”.
En la misma Casa Blanca, frente a los directores ejecutivos Larry Ellison (Oracle), Sam Altman (OpenAI) y Masayoshi Son (holding japonés SoftBank), presentó Stargate, una “compañía monumental”, según las propias declaraciones de Trump, con una inversión de al menos UDS 500.000 millones.
Dijo entonces que Stargate “se constituirá en una infraestructura física y virtual para impulsar la próxima generación de avances en IA, incluida la construcción de «centros de datos colosales».
Sin cámaras, sin notas, por lo menos en Occidente, sobre el tema, aquel 20 de enero, día de la asunción presidencial en la Casa Blanca, aparecía en el mercado la Inteligencia Artificial china DeepSeek R.1
Se ubicó en el anonimato, pero su crecimiento fue, al igual que la caída de bolsa, meteórico.
“Es un logro de China. Es casi tan importante como la creación de Google”, sostiene John Fredy Vega, CEO y fundador de Platzi, una empresa que desarrolla plataformas para educación en línea. Vega asegura que con esta IA china a las empresas tecnológicas les va a resultar mucho más barato el desarrollo de programas.
Su rápida proliferación en todo el mundo ubicó a DeepSeek rápidamente a la par de las dos más importantes y populares inteligencias artificiales: ChatGPT, de Open (AI)y Gemini, de Google.
Con un agregado poderoso: Es una IA de código abierto
Al ser la IA china de código abierto, incluye un conjunto de recursos de software que se pueden usar, modificar y distribuir libremente.
Pero qué es lo que causó el desplome
De acuerdo con la información existente, la compañía OpenAI gastó alrededor de 540 millones de dólares, durante el 2022, en el desarrollo ChatGPT.
En su momento, la misma compañía había establecido que se necesitaban USD 100.000 millones para cumplir con los objetivos de este proyecto. “Vamos a ser la empresa emergente más intensiva en capital de la historia de Silicon Valley”, había declarado entonces Sam Altman, fundador de OpenAI.
Según la información proveída por la empresa creadora de la IA china, en su desarrollo se gastaron solo USD 6.000.000
Con esos valores, su aparición en el mundo de la IA produjo la caída más estrepitosa de capitales bursátiles, comenzando con Nvidia, fabricante de los semiconductores y proveedor esencial para la inteligencia artificial, y avanzando hacia todos, incluyendo a Meta y Microsoft.
“Este derrumbe arrastró a todo el sector tecnológico estadounidense, que en conjunto perdió más de 1,5 billones de dólares en capitalización bursátil”, informaba Bolsamanía, una página especializada en bolsa de valores.
Si en la semana posterior a la asunción de Trump la figura estelar era Elon Musk, encabezando al grupo de compañías occidentales, la semana siguiente todos los medios hablaron del desplome de las acciones de las empresas norteamericanas, de la nueva IA china, y de su cofundador, Liang Wenfeng.
“El lanzamiento de DeepSeek, AI de una empresa china debería servir como una llamada de atención para nuestras industrias. Debe concentrarnos en la tarea de competir”, dijo, rápidamente, Donald Trump. Luego de decir que EE.UU tienen a los mejores científicos del mundo, señaló que el descubrimiento de una IA a un costo muy inferior a la producida por empresas norteamericanas era muy bueno para el mundo.