Amante, creador y gran vendedor de los sistemas de control y vigilancia, se asume contrario al control global autoritario. Casado con otro multimillonario, se opone a las ideas del progresismo y el denominado movimiento woke. Aquí le presentamos a Peter Thiel, quien acaba de firmar un colosal contrato con el gobierno norteamericano.
Por Gustavo Reinoso
El pasado mes de julio el ejército de los Estados Unidos firmó, sigilosamente, un contrato por USD 10.000 millones con Palantir Technologies. Por este contrato el software de la firma pasará a ser el sistema operativo de la mayor fuerza militar del mundo en tareas cruciales de inteligencia en el teatro de operaciones, logística y selección de personal.
La reconocida especialista en tecnologías de la información y soberanía digital, la italiana Francesca Bria, no duda en calificar este acto como un genuino “Golpe de Estado de los Tecnoautoritarios”, caracterizando lo pactado como una entrega al sector privado de funciones militares estratégicas. De aquí en adelante las decisiones sobre objetivos, movimiento de tropas e inteligencia se tomarán por medio de algoritmos controlados, no por el mando militar institucional, si no por los administradores de una empresa privada, subordinada a una junta de accionistas.
Las determinaciones de Washington están formando un nuevo Complejo Tecnológico Militar Autoritario, más poderoso, más ideológico y más privado que cualquier estructura anterior. Una coalición de empresas, financistas e ideólogos diseñan y edifican una infraestructura planetaria de vigilancia, coerción y poder político constituido por plataformas en la nube, modelos de IA, redes financieras, drones y sistemas orbitales, que constituyen una estructura integrada de control alienada a un proyecto político; la mutación del modelo político social de soberanía estatal democrática, en uno fundado en los activos privados.
Varios magnates tecnológicos invierten en este complejo en formación bajo la administración Trump, sin embargo el inversor de origen germano, Peter Andreas Thiel (Frankfort del Meno, 1967), sobresale con nitidez entre los demás.
Además de la habitual capacidad en los negocios y la innovación, en su persona encontramos algo poco común en los demás multimillonarios de Silicon Valley: una sólida formación universitaria en humanidades.
Master en filosofía y abogado por la Universidad de Stanford, ya siendo un joven estudiante, horrorizado por la deriva progresista del ambiente universitario en el que se formó, fundó la revista “The Stanford Review”, al día de hoy uno de los voceros principales del pensamiento libertario-conservador de los Estados Unidos.
Tras un breve ejercicio profesional en un buffete de abogados corporativos en Wall Street, se independizó, y con el apoyo económico de su familia fundó “Thiel Capital Management”, dedicada a la canalización de inversiones. Cofundó el sistema de pagos digitales PayPal, el cual lo vendió a Ebay en 2002. La operación reportó un beneficio de 1500 millones de dólares a Thiel. En 2004 invirtió en Facebook, posibilitando la expansión global de la red social.
En 2022 anunció se retiró del directorio de Meta, para concentrarse en el apoyo a los candidatos republicanos al Congreso. El principal receptor de las donaciones monetarias de Thiel fue el actual vicepresidente de los EE. UU. J.D. Vance.
En mayo de 2003 Thiel fundó “Palantir Technologies”, especializada en recolección de datos (Big Data), vigilancia digital y seguridad. Actualmente, los sistemas operativos creados por Palantir son utilizados por organismos de seguridad y policías de varios países, incluyendo la comunidad de inteligencia y el departamento de guerra de los Estados Unidos así como la inteligencia y el ejército de Israel.
Las herramientas de rastreo de datos y reconocimiento facial del Palantir son activamente utilizados por el gobierno Trump, particularmente por la agencia de seguridad fronteriza ICE, en la persecución y deportación masiva de inmigrantes.
Productos de Palantir son:
“Palantir Gothan”, un software especializado en vigilancia predictiva y análisis de ubicación geoespacial.
“Insightics”, que extrae información demográfica, perfiles raciales y datos sobre gastos de los clientes a partir del uso de tarjetas de créditos.
“AIP”, plataforma de selección de objetivos, de uso civil y militar basada en IA.
“TITAN”, una plataforma móvil de IA para realizar ataques militares de precisión.
“MetaCostellation”, una red satelital para ubicar sitios o personas a escala global. Esta herramienta está actualmente en uso en la milicia estadounidense.
“Skykit”, un kit portátil para operaciones de inteligencia en entornos adversos. Incluye artilugios de visión artificial, visión nocturna y drones.
“Metrópolis Palantir”, un software de recopilación y análisis de “Big Data” tanto de fuentes públicas como privadas, capaz de rastrear correos electrónicos, conversaciones telefónicas digitalmente grabadas, identificando palabras claves y patrones de comportamiento específicos.
Dijimos al comienzo un elemento que distingue a Thiel de sus pares de Silicon Valley es su inquietud intelectual y sus aficiones literarias. En varias oportunidades manifestó su admiración por la filosofía del egoísmo racional de Ayn Rand ( 1905-1982), autora de “La rebelión de Atlas” y “El Manantial”, obras enfocadas en exaltar en el interés propio y el éxito individual, presentando al emprendedor visionario como motor del crecimiento y progreso social.
Otro pensador que influyó en sus concepciones es el filósofo católico conservador René Girard (1923-2015), que fue su profesor en Stanford. La teoría de la “mimesis” como origen del deseo humano dejó huella en el pensamiento de Thiel, tanto en lo político como en los negocios.
El magnate considera que la convergencia humana en la competencia por los mismos recursos lleva a la humanidad al fracaso y la destrucción. Si todos desean lo que otros tienen se llegará a una lucha destructiva de las mismas ambiciones. Por esta razón, en lugar de preconizar la libre competencia, Thiel es de la opinión de que el predominio de los innovadores originales es lo razonable incluso en la forma de control total y monopolios.
Por otra parte, Thiel comparte la noción de “decadencia de Occidente” expuesta por el filósofo germano estadounidense Leo Strauss (1899-1973), quien observó que la ilustración del siglo XVIII, la enciclopedia, la revolución francesa y la posterior laboriosa instauración del estado democrático, significó un periodo de decadencia intelectual y filosófica. La Modernidad trajo consigo la frivolidad y la superficialidad según Strauss. Thiel capta estas ideas en su ensayo filosófico “El Momento Straussiano”, publicado en 2007.
Está casado con otro empresario multimillonario, Matt Danzeisen, financista, ex vicepresidente de Black Rock, con el que tiene dos hijas mediante gestación subrogada. Sin embargo, Thiel se muestra enérgicamente contrario al progresismo, la corrección política, al llamado “movimiento woke”, al liberalismo político y las ideas socialistas.
Usando metáforas de origen bíblico, particularmente la figura del “anticristo”, Thiel advierte que el mayor peligro de la humanidad lo constituye un gobierno mundial totalitario, erigido sobre la vigilancia y control, que bajo el pretexto de mantener la paz y la seguridad impongan un gobierno mundial. Esto, en sus palabras, constituiría el dominio del “anticristo” como arquetipo político. Con este razonamiento, Thiel, en línea con el pensamiento de la extrema derecha internacional, denuncia lo que se ha dado en llamar “Globalismo”.
Resulta paradójico comprobar que, por sus procedimientos comerciales, de la mano de la superpotencia norteamericana y su papel en el complejo militar tecnológico, Peter Thiel se asemeja mucho al arquetipo que denuncia.