Se pregunta el director Energías Renovables de la entidad, Pedro Domaniczky. Entró en estudio preliminar la instalación de la planta solar flotante. “La planta minimiza la evaporación del agua y la misma evaporación aumenta la producción de los paneles”, sostiene el ingeniero.
Actualmente, un grupo de trabajo binacional analiza las posibles consecuencias en el agua y en los peces del lago del embalse de la binacional. La idea es instalar una planta solar flotante (PSF) de 1.000 kilovatios pico (kWp). Para esto, la actual acción contempla estudios de calidad de agua y biodiversidad de peces a fin de establecer líneas de base y seguimiento de la PSF en sus diferentes fases.
El plan de monitoreo provee una serie de datos que, además de establecer la línea de base, “servirán para el estudio multitemporal (a un mes, dos, tres meses…) de diferentes parámetros de calidad de agua vinculados al proyecto en ejecución”, asume en un comunicado la entidad.
De espejos y gastos
Cuando se lanzó el proyecto, el director brasileño de Itaipú había dicho que el plan, que forma parte de la transición energética, puede ser un “espejo” para otros embalses del lado brasilero.
Itaipú gastó cerca de un millón de dólares en la compra de esos paneles.
En estudio actual se evalúan algunos efectos como la incidencia de la radiación solar, corrosión, presencia de nutrientes, niveles de evaporación, biodiversidad íctica y biomasa de algas.

Los estudios de calidad de agua miden el efecto de la presencia de los paneles en el ecosistema acuático, utilizando varios parámetros que, analizados en conjunto, informan acerca de la calidad del agua. Para medir estos indicadores se utilizan metodologías estándar internacionales (APHA, American Public Health Association) de laboratorio.
La siguiente etapa del plan comprende el monitoreo de la zona circundante a las partes sumergidas o en contacto con el agua, buscando identificar las implicancias o efectos para la durabilidad de los componentes de la PSF, la calidad del agua y para la biodiversidad acuática, ya que estos dependen de factores como la salinidad, la temperatura y el oxígeno libre en el agua, entre otros.
El comunicado de la entidad informa que, además, contempla el monitoreo de los efectos de la sombra creada por los paneles solares, de superficie menor a una hectárea, afectando parcialmente la fotosíntesis de algas y cianobacterias con la consecuente inhibición del crecimiento, lo cual podría ser positivo, considerando el potencial tóxico de estos para la salud humana y el medio ambiente.
UN GRAN BENEFICIO
En comunicación con El Prisma, el ingeniero Domaniczky, director de Energías Renovables de la entidad, cuenta que el primer gran beneficio ya demostrado es que el agua se evapora menos con una planta solar. Y que, en contrapartida favorable, la evaporación de la misma aumenta la capacidad de producción de la planta.
“Imaginemos esto en los tajamares del Chaco. Se perdería muchísimo menos agua por evaporación y se potenciaría una fuente de energía renovable”, proyecta.
“Por qué no soñar con una Itaipú con energía solar”, exclama.
Pero por ahora la planta solar flotante será utilizada para consumo de Itaipú. Son unos 1.000 kilovatios pico (kWp)
Es mucho lo que queda por ajustar. Todo debe ser preciso. La interconexión y la llave. Así que el experimento llevará aún su tiempo.
¿Pero por qué no soñar una Itaipú de energía solar?
Previamente a la instalación de la PSF fueron realizadas cinco tomas de muestras para análisis de calidad de agua y dos muestreos de peces para el análisis de biodiversidad íctica. En el marco de la conservación de la biodiversidad íctica, las divisiones de embalse trabajan conjuntamente en el estudio de la comunidad de peces en la futura zona de implantación de paneles solares.
El objetivo principal es determinar las variaciones poblacionales de la comunidad ictícola en la zona, con el fin de evaluar posibles impactos ambientales. Para lograr esto, “se realizan muestreos utilizando redes de espera, redes cónicas de ictioplancton y pesca eléctrica. Estos estudios preliminares son fundamentales para seguir cumpliendo con la conservación de nuestra fauna íctica nativa y garantizar un desarrollo sostenible”.
Por otro lado, en la siguiente etapa, de manera a evaluar cambios dinámicos no posibles de detectar con muestreos puntuales, se plantea la instalación de estaciones automáticas de calidad de agua con sensores que registren cambios en periodos cortos de manera permanente y tiempo real.
“Todo se hace con pasos científicos que luego se pueden recopilar en artículos académicos. Estamos aprendiendo mucho. Y estamos por dar un gran paso”, sentencia el director de Energías Renovables de la entidad.