Energía eólica en Paraguay: una tecnología aún ausente en la matriz energética nacional

La creciente demanda de consumo eléctrico nacional y la tendencia global de transitar hacia nuevas energías renovables podrían provocar la instalación de aerogeneradores en el país. Ya hay muchos estudios, algunas leyes, pero aún no existen normativas y proyectos sólidos. En esta nota, te acercamos a ese mundo de los molinos de viento en Paraguay.

A más de 50 años de la instalación de Itaipú Binacional, la creciente demanda de energía a nivel nacional y la dependencia de Paraguay hacia las fuentes de energía no-renovable han generado que el sector especializado, la sociedad civil y el gobierno nacional deban volver a plantearse cómo abastecer la necesidad de consumo de la población y con cuáles fuentes de generación.

Conceptualmente, el viento se genera de forma natural e indirecta a causa de los rayos del sol, por lo que varios expertos vislumbran la contabilidad entre ambas fuentes. 

“Los vientos son causados de forma indirecta por el sol. A través de los rayos que emite el mismo y mediante la rotación de la tierra, se originan calentamientos dispares en la superficie terrestre siendo el principal causante de los vientos”, explica  el  Atlas del potencial energético solar y eólico del Paraguay, publicado en el 2014 por Itaipú Binacional.

La matriz energética nacional

En el libro Lo nuevo, lo viejo y lo actual, publicado por Base-IS, el ingeniero ambiental Guillermo Achucarro recopiló informaciones del MOPC (2021), para elaborar una estructura de la matriz energética. La investigación realizada señala que la biomasa, principalmente la madera, y los derivados del petróleo siguen constituyendo el consumo energético mayoritario a nivel nacional. Ambos representan un 82% sobre el total, mientras que la electricidad, la cual proviene casi en su totalidad de las represas, representa el 18%.

Foto: Guillermo Achucarro. Fuente: Lucas Fornerón.

Sobre la producción de energía, la obra refiere que la hidro energía representa el 35% de la producción energética total, mientras que el 39% es biomasa, principalmente madera, y el resto corresponde al petróleo, el cual es importado en su totalidad.

El problema del desabastecimiento energético 

El aumento exponencial del consumo de energía eléctrica, en el 2024, ha provocado la preocupación de diversos sectores dentro del campo energético,  ya que esta situación podría generar un desabastecimiento energético en nuestro país en los próximos 5 o 7 años. 

Foto: panel de control. Fuente: archivo Central Hidroeléctrica de ITAIPU (CHI).

Aún si la Administración Nacional de Energía (ANDE) contratase el 100% de la  energía que le responde por la generación de Itaipú y Yacyretá, provocando la pérdida del ingreso por la cesión de energía a los países vecinos, el Estado paraguayo no alcanzaría a cubrir la demanda de consumo si no invierte en nuevas fuentes de generación eléctrica.

En ese sentido, el gobierno anunció su interés en instalar 22 nuevas represas de pequeña escala sobre los cauces hídricos que tengan condiciones favorables. Esta propuesta recibió varias críticas dentro del sector especializado, principalmente por no variar las fuentes de generación de la matriz energética eléctrica con fuentes renovables, como la energía solar y la eólica, o con fuentes de energía con biomasa menos contaminante, como el hidrógeno verde.

La producción eólica en la actualidad es casi nula 

Según el Informe de energía renovables, publicado por  el Viceministerio de Minas y Energía (VMME), en el 2020, el aprovechamiento de los recursos solar y eólico ha tenido casi un nulo desarrollo en el país.  En el caso de la eólica, señala la zona nordeste de la Región Oriental como la ubicación con mayores condiciones para la explotación.

“Los distintos valores relacionados con la energía eólica, a saber: la frecuencia de calmas y los vientos de poca velocidad, indican un ambiente poco propicio para el aprovechamiento del viento como fuente de energía. Una buena posibilidad para usar la energía eólica en las regiones aisladas podría ser el aprovechamiento híbrido con energía solar”, explica la obra.

Foto: Francisco Escudero. Fuente: archivo ANDE.

El director de planificación y estudios de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE), Francisco Escudero, aclaró, en entrevista para el El Prisma, que no existen planes por parte de la institución pública de instalar plantas de generación de eólica, principalmente, por falta de información que determine la rentabilidad de la misma, salvo los informes del mapeo realizados por el Parque Tecnológico de Itaipú (PTI), perteneciente a Itaipú Binacional.

Condiciones técnicas mínimas necesarias

El presidente de la Cámara Paraguaya de Biocombustibles y Energías Renovables (BIOCAP) y miembro ejecutivo de relaciones corporativas y alianzas gremiales de la Unión Industrial Paraguaya (UIP), el empresario Massimiliano Corsi, mencionó que para una instalación eólica  la velocidad media anual debe superar los 5 metros por segundo, como mínimo técnico, aunque los proyectos verdaderamente viables suelen comenzar por encima de los 7 m/s. 

La ingeniera electromecánica Silvana Olmedo y el ingeniero electrónico Dr. Magno Ayala, ambos de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), nos indicaron que la velocidad mínima a la que deben moverse los aerogeneradores pequeños es de 3,6 m/s y que con una velocidad de 9 m/s se obtiene una generación óptima.

“La máxima eficiencia teórica (Ley de Betz) es del 59%. La eficiencia real tipica oscila entre 25-30% de eficiencia de todo el sistema”, agregaron, refiriéndose a la capacidad.

Ubicación y potencial 

Foto: Massimiliano Corsi. Fuente: Linkedin.

Massimiliano Corsi mencionó que el factor más determinante para un proyecto eólico es la capacidad, que representa el porcentaje real de generación sobre la potencia instalada. Según el empresario especialista, los datos recogidos desde el 2015, por torretas instaladas a diferentes alturas del Chaco, demuestran que un comportamiento suficientemente constante del viento en esa zona.

“Un aerogenerador de 2 o 3 megavatios, como los que se utilizan actualmente, podría generar en el Chaco entre 6.000 y 9.000 MWh/año, dependiendo del perfil eólico y del factor de capacidad real, que en esta zona puede oscilar entre 35 y 40%”, dijo.

Según las estimaciones de Magno Ayala y Silvana Olmedo,  en la región del Chaco la generación anual sería de aproximadamente 280.000 MWh/año, instalando aerogeneradores de 160 m de diámetro, 18 unidades de 5,56 MW cada uno.

Corsi mencionó que el noroeste del Chaco paraguayo  ha sido identificado como la zona con mayor potencial eólico del país, debido a un fenómeno particular: los vientos, al chocar contra la cordillera, giran y se canalizan, manteniéndose constantes en esa región.

El problema que podría presentar una instalación eólica en el Chaco

Corsi mencionó que en el Chaco evacuar energía puede requerir construir más de 300 km de red, lo que encarece cualquier iniciativa. Por tanto, sugirió que es clave analizar la ubicación y el entorno del proyecto eólico para asegurar su viabilidad.

Ayala y Olmedo también sugieren que  los mejores lugares para instalar suelen ser en lugares remotos, que no tienen conexión a la red de abastecimiento cerca y que, por ende, solo se podrían instalarse sistemas aislados, convirtiendo al transporte en uno de los puntos más costosos.

La conexión a red requiere de convertidores de potencia especiales, con detectores de fase y controles robustos en lazo cerrado, lo cual conlleva una alta inversión.  A mayor potencia los costos de dichos equipos suelen subir “exponencialmente”, dijeron.

Costos y posibles plazos de resultados en inversiones de energía eólica

Corsi mencionó que instalar energía eólica no es económico, ya que un parque de 50 megavatios puede costar entre 60 y 80 millones de dólares. Es decir, entre 1,3 y 1,5 millones de dólares por megavatio instalado. Siendo la turbina la que representa un mayor costo, entre la obra civil, la logística y la conexión a la red. 

Sobre la rentabilidad, mencionó que la recuperación de la inversión es posible. En condiciones favorables y con políticas de incentivo, aún más si se piensa en una integración fronteriza, inversiones incluso en zonas remotas.

“El retorno puede lograrse entre los 10 y 15 años. Muchos proyectos están pensados con visión regional o binacional, como el caso de Pedro Juan Caballero, donde se diseñó un parque eólico de 50 MW orientado al mercado brasileño, complementado con una central térmica de 5 MW del lado brasileño. Todo el esquema  eólico y térmico estaba previsto con financiamiento del Banco Nacional de Desenvolvimento Econômico e Social (Brasil)”, dijo.

Según Ayala y Olmedo, con subsidio del 10%, a USD. 53 por MWh, el período de tiempo que tardaría una inversión en energía eólica para generar suficiente flujo de caja para recuperar el capital -periodo conocido como payback-  duraría 6 años. Lo que decantaría en un Valor Anual Neto (VAN) de USD 45 millones a los 20 años.

La escasa normativa sobre generación  eólica

Sobre la situación normativa de las fuentes alternativas, en particular la eólica, Corsi mencionó que aún es necesario hacer ajustes en la misma para obtener un panorama aún más claro.

“La Ley 6977 aún no cuenta con una reglamentación clara. Sin un marco normativo definido, es difícil analizar seriamente la factibilidad de los proyectos: no está claro cómo se accede a la red, cómo se remunera la energía, qué incentivos fiscales o financieros aplican, ni cuáles son los procesos administrativos para licencias y contratos. Para atraer inversiones, se necesitan condiciones económicas viables y reglas del juego predecibles”, dijo.

Por su parte, el ingeniero Achucarro vaticinó que, si bien modelo de producción energética nacional no tiene una normativa específica para la energía eólica, a medida que vaya creciendo la especulación económica al respecto, el gobierno creará las regulaciones pertinentes para la producción eólica a pequeña escala (que necesita mucha tierra) y la libre comercialización de energía que produzca esta y otras fuentes de energía.

La problemática social respeto a la energía eólica y la experiencia extranjera

Según Guillermo Achucarro –que tuvo la oportunidad de realizar un doctorado en la Universidad Autónoma de Barcelona– la experiencia extranjera señala que la instalación en gran escala de nuevas fuentes de generación energética, y específicamente la eólica, puede provocar conflictos, principalmente en el sector rural del país, por dos motivos.

Primero, porque en nuestro país, como en el mundo, escasea la tenencia de la tierra, por lo que habrá poca tierra disponible para la instalación eólica. Y segundo, porque la tierra disponible para la energía eólica tendrá que sufrir un cambio del uso del suelo, ya que está producción requiere un desmonte para maximizar la fuerza del viento.

Mencionó que podrían haber similitudes territoriales con países como Uruguay y Argentina, pero que no sería adecuado comparar sus procesos de instalación eólica con el caso nacional, porque se podría “romantizar” esas experiencias y buscar imitarlas mecánicamente.

Misma reflexión planteó Massimiliano Corsi, quien afirmó que el recurso eólico en Paraguay no es tan óptimo como en otros países como Uruguay, Brasil o Chile, aunque el Chaco paraguayo muestra  un comportamiento bastante constante, validado por los modelos comparativos de estos países.

Conclusión

La energía eólica en Paraguay sigue siendo una tecnología prácticamente ausente en la matriz energética nacional, a pesar del creciente consumo eléctrico y la necesidad de diversificar las fuentes de generación. Si bien existen regiones con potencial, como el Chaco, diversos factores técnicos, económicos y normativos han limitado su desarrollo. La falta de infraestructura, los altos costos de inversión, la escasa normativa y los desafíos sociales relacionados con la tenencia y uso de la tierra dificultan la implementación de proyectos eólicos a gran escala. 

Para que la energía eólica se pueda desarrollar exponencialmente en nuestro país, es fundamental establecer un marco regulatorio claro, incorporar incentivos adecuados y crear una planificación estratégica que permita aprovechar de manera sostenible el potencial del país.

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


Más vistos

Opinión

× Anunciá con nosotros