Ha comenzado la instalación de los paneles solares flotantes en el embalse de Itaipú, lado paraguayo. ¿Qué valor puede tener en un futuro próximo la diversificación de la fuentes de energía eléctrica?
El ingeniero Pedro Domaniczki adelantó a El Prisma que las obras civiles de infraestructura de apoyo ya están finalizadas.
Queda -nos cuenta- la obra civil de la sala de control y monitoreo como última en ejecución y en paralelo con otros trabajos.
Los anclajes de la planta solar están terminados “con muy buena precisión”.
Con el soporte de los paneles en el agua del embalse, ha comenzado el montaje de los 1600 paneles solares bifaciales de 705 w.
Cada uno sobre la plataforma flotante con sus respectivas estructuras de soporte en duro aluminio.
Los sistemas de conexiones y la respectiva electrónica sobre lo que componen 4200 flotadores de tecnología francesa.
El ingeniero Domaniczki evalúa muy bien el proceso, “muy rápido y práctico, generando también la transferencia de conocimiento en el ensamblado, electrónica de potencia y las más de 3000 conexiones de los equipos”.
A buen tiempo, va todo como en rieles. Cuando hay mucha afectación tanto por viento como lluvias intensa, “se para un poco el trabajo”.
En este marco hay que atender los requisitos de seguridad calidad respectiva, comenta.
Se colocarán un total de 10 segmentos de planta solar flotante que hacen al total del sistema.
El primer segmento ya está en el agua y con ajustes preliminares. Va acompañado con capacitación también de todo el personal involucrado, a fin de que vaya manejando de forma práctica la expertiz, la velocidad de las distintas etapas de conexión y montaje para la inyección al agua.
Todo este proceso puede ya tener un cierre a fin de este setiembre, pero a punto a punto, para que se pueda integrar la energía al sistema eléctrico de Itaipú, octubre.
Con esta planta, de un kilómetro cuadrado, se proveerá de energía, directa, sin almacenamiento, a todas las oficinas del área “prioritaria de Itaipú”.
Usualmente la energía solar se almacena en baterías de litio. En Paraguay la primera experiencia, muy exitosa según sus propulsores, es la planta de energía solar de la Cooperativa Chortchizer, en el Chaco Central. Pero está experiencia, como la absoluta mayoría en el mundo, es terrestre.
En el caso del ensayo de Itaipú es un poco más complejo al tratarse de paneles que se “duermen” en el agua, en forma horizontal, con sostenedores flotantes.
Según Amarilla, su flotación en el agua puede incluso ayudar a que no se evapore tanto y que, por lo tanto, el embalse mantenga mejor su capacidad de retención.
Unos días atrás las obras fueron monitoreadas tanto por autoridades de ambos países.
Según el director paraguayo Justo Zacarías Irún, se puede usar todo el embalse. De llegarse a esa instancia, la capacidad instalada podría arribar a 700 MW. Es decir, lo que una turbina de la hidroeléctrica produce.
También según el director en el lado brasilero se ve muy bien esa posibilidad. Esta es una posibilidad que ya estuvo en la mesa de negociación del Anexo C del tratado de Itaipú, pero las negociaciones siguen paradas desde abril de este año cuando el gobierno paraguayo decidió congelarlas al saber que el gobierno de Jair Bolsonaro, en su primer período, en el marco de las negociaciones a los 50 años del tratado, espió a autoridades Paraguayas con aparatos electrónicos.
Por otra parte, también en el Chaco, la Administración Nacional de Energía Eléctrica (ANDE) tiene prevista la instalación de una planta solar.