Solo las legales usan la energía de más de tres ciudades metropolitanas. La gran minería de activos digitales, la que busca Bitcoin, está llegando a su fin en Paraguay. El año pasado fue el factor más importante del crecimiento de un 18% en el consumo eléctrico. Hoy la ANDE consigue más de USD 200 millones al año por este rubro electro intensivo. ¿Qué hará Paraguay con esa energía cuando, en el 2027, se terminen los contratos?.
El año pasado asombró a propios y extraños el extraordinario aumento en el consumo. Las cada vez más fuertes olas de calor han obligado a quienes pueden a hacerse de acondicionadores de aire, constituyéndose este electrodoméstico en el principal factor de aumento de consumo, comercial y residencial.
Pero el factor más importante ha sido el consumo electro intensivo de la criptominería, dijo entonces el titular de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE), el ingeniero Félix Sosa.
En dicho año, estos emprendimientos han utilizado una cantidad que supera el consumo de tres ciudades de la zona metropolitana. Las legales en total usan lo que una población de 750.000 personas, estableció en su artículo sobre los ruidos molestos de estas máquinas El Surtidor.
En este concepto, la ANDE ha tenido ingresos por unos USD 240 millones anuales, un número que le ha servido para aumentar su capacidad de distribución, como la apertura de la nueva subestación de Valenzuela, sostiene el vocero de la empresa más grande en el ramo Bruno Vaccoti, de Penguin Group.
Con dicho aumento, se batieron antiguos récords. De usarse un promedio de 15 a 20 por ciento de la energía que produce Itaipú, pasó a utilizarse 30.8. Casi todo el aumento se trasladó a la potencia generada por las turbinas de Itaipú.
Yacyretá se mantuvo en sus promedios acordados con Argentina (17 por ciento).
En esta hidroeléctrica, para este año, Paraguay se comprometió otra vez a contratar no más del 20 por ciento, asegurándose el vecino país el resto, cuestión que fue festejada como una victoria por el gobierno de Javier Milei.
“Paraguay tiene que usar toda su energía, dejar de exportar cada MW y utilizarlo para el desarrollo, independientemente de qué industria lo utilice”, sale al paso Vaccoti, vocero de Penguin Group. Esta empresa multinacional, afincada en Hernandarias, hospeda a unas de 18.000 máquinas procesadoras de bitcoin.
“Exportar, desde todas las perspectivas, es un perjuicio económico para el país”, arriesga.
La ANDE tiene un precio especial para el rubro de uso electro intenstivo, en este caso la criptominería. Con el aumento de la tarifa de Itaipú a 19, 28 Kw-mes establecido en el acuerdo de entendimiento de abril de 2024, se aumentó un 16 por ciento el precio de la electricidad a las criptomineras.
Al decir del vocero de la Cámara Paraguaya de Activos Digitales, Jimmy Kim, este aumento ha hecho que muchas empresas de media tensión zafen del contrato y se conviertan en ilegales.
Fue así que gran parte del 2024 y todo 2025, la ANDE, además de encargarse de la administración y la distribución de la energía, tuvo que desplegar ingentes recursos en la búsqueda y desmantelamiento de las clandestinas.
Kim asume que quedaron aproximadamente 60 empresas con esos contratos. Y que, entonces, cuando se subió la tarifa, pudieron haberse ilegalizado alrededor de 100 establecimientos de media tensión.
Según el gerente comercial de la ANDE Hugo Rolón, estos establecimientos ilegales ya son muy pocos, a la puesta en vigencia de una ley especial, la 7300, que amplió la pena privativa de prisión hasta 10 años por uso clandestino en la criptominería.
La fiebre del Bitcoin
Entonces, en el país quedan, preferentemente, las grandes criptominerías. Solo tres de ellas, muy grandes (Penguin, en Hernandarias. Bitfarmas, Paso Pe, Villarrica, y también en Colonia Yguazu…) usan hasta 100 MW. Es decir, cada una de ellas usa la sétima parte de los aproximadamente 700 MW que absorve entre las 60 existentes.
Estas empresas buscan solo Bitcoin, la moneda líder que a este 31 de agosto se ubicaba en USD 109,059.60. Una sola moneda cuesta G. 784, 600 millones.
Esta moneda es de edición limitada. Esta es la razón esgrimida para que su precio, a medida que va terminando, aumente, significativamente, hasta consolidarse como el oro digital.
En Paraguay, esta moneda cuesta más que un kilo de oro de 18 kilates que a la misma fecha, 31 de agosto, había alcanzado este precio: G. 601.337,361.80-
Se han emitido 21 millones de Bitcoin. De los cuales, ya se han encriptado, en formato digital, unos 20 millones.
En esta última etapa de su búsqueda masiva, quedan entonces un millón de monedas. Si los precios solo se mantuvieran (es de esperar que a medida que termine suba más y más), esto significa USD 109.000 millones. El doble del Producto Interno Bruto de Paraguay que, en el 2024, ascendió a USD 44.46 miles de millones.
Las criptomineras utilizan más energía eléctrica que todas las industrias tradicionales. Estas, según el Balance Nacional de Energía Útil del Paraguay, un estudio realizado por el Viceministerio de Minas y Energías, apenas utilizan el 16 por ciento del consumo total.
Cesión o uso
El mayor aumento del consumo de energía eléctrica se ha dado efectivamente en el sector de criptominería. El dinero que la ANDE recibe anualmente por este rubro es equivalente a casi todo el dinero que el Estado paraguayo recibe en concepto de cesión de energía a Brasil que en el 2024 se ubicó en USD 240 millones.
El año pasado nuestro país llegó a utilizar el 60 por ciento de lo que le corresponde.
Si se efectivizara por venta la cesión del excedente el pago debería quintuplicarse, a decir de Kim.
“Paraguay, nunca, en estos 50 años, consumió tanto su energía de Itaipú. Siempre le cedíamos por monedas a Brasil. Los mayores usuarios están pagando cinco veces más que el precio al que se le cede a Brasil”, sostiene Kim, defendiendo el uso intensivo de la energía en la criptominería.
Y aunque el ingeniero Ricardo Canese, gran referente del sector, no esté muy de acuerdo con que la energía se utilice en este tipo de emprendimientos, él también asume que lo que le conviene a Paraguay es contratar toda la energía que le corresponde tanto en Yacyretá como en Itaipú para vendérsela en el marco de un proyecto de “desarrollo tecnológico industrial”.
O simplemente venderla a precio de mercado a los países que hoy dependen directamente de las binacionales, en este caso Brasil y Argentina. Y en el caso del actual proyecto de ley que persiguen, ampliar la tarifa social.
Con fecha de defunción
Las criptomineras en Paraguay forman parte del Grupo de Consumo Intensivo Especial de la ANDE. Los contratos con los buscadores de activos digitales van hasta el 31 de diciembre de 2027.
Según Kim, probablemente pidan alargar un año más.
Lo concreto es que, al cierre de estos contratos, Paraguay quedará con un excedente energético de envergadura.
Qué hará con dicho excedente.
En otros artículos, ya habíamos comentado que el Grupo Penguin hace un tiempo ya viene proyectando la reconversión de sus hospedajes. Hospedar centros de datos para Inteligencia Artificial es una de las líneas que han expuesto, pero para ello –nos cuenta Viaccoti- necesitan lo que se llama carga flat. Una carga continúa, de múltiples redes, que no dependa solo de las aguas del río Paraná, como actualmente. Y una internet muy superior con la que cuenta actualmente Paraguay.
Es decir, esto depende de que la licitación de la banda 5G se apure y que llegue a buena parte del país, cosa que está en proceso de licitación, y que se desarrollen alternativas múltiples de generación eléctrica.
En nuestro país la proyección de las nuevas fuentes es muy lenta. Ahora mismo, en ensayo, se está a punto de instalar una planta de energía solar en el embalse de Itaipú. El proyecto ya viene de años. Y, aunque la energía la utilizarán en las oficinas del área prioritaria, es un ensayo. Para estudiar y recomendar luego su multiplicación.
La idea del gobierno de Santiago Peña, según el ministro de Industria Industria y Comercio, es bajar esta propuesta de generación fotovoltaica en el marco de las negociaciones con Brasil sobre el Anexo C de Itaipú.
Hay muy buena predisposición del lado brasilero, sostiene el director de Itaipú, Justo Zacarías Irún, quien, en el reciente foro en el local central del Partido Colorado sostuvo que se puede usar todo el embalse (una enorme laguna) para este fin. Llenar de paneles solares flotantes.
Las negociaciones con Brasil están paradas desde el fin del 2024. Se debían cerrar sí o sí el pasado 30 de mayo, pero el gobierno paraguayo congeló la mesa de diálogo al saberse que durante el gobierno de Jair Bolsonaro se había espiado a autoridades paraguayas, incluido el entonces presidente Mario A. Benítez, en el marco de la inminente renegociación del tratado de Itaipú.
También, pero para el Chaco, la ANDE tiene en carpeta la planta fotovoltaica y a muy largo plazo tal vez se pueda desarrollar lo que ya hay en carpeta: varias pequeñas y medianas hidroeléctricas sobre los ríos internos.

Qué pasará entonces con las instalaciones. Con las subestaciones de electricidad con que cuentan las grandes empresas criptomineras.
Según el arquitecto Luis Saguier, de Trafosur, una empresa que ensambla transformadores, se puede aprovechar las instalaciones que estas criptomineras dejarán para proyectos de poblar zonas medio aisladas o plantar industrias ya que cuentan tendidos eléctricos con subestaciones .
Desde el gobierno ya es poco lo que, en el sector energético, en los últimos tiempos, se pone en discusión. Parece como que las cosas deben llegar y ahí ver qué se hace y cómo se hace. Pero en el caso de Itaipú tal vez ya está bien definido el plan en el acuerdo alcanzado con Brasil en abril del 2024. Este establece que desde el 2027 la tarifa de la ANDE solo corresponderá al costo operativo (unos 10 dólares) y que Paraguay podrá vender la energía que no usa a dicho país.
Mantener el esquema pidiendo algo a cambio de algo como hasta ahora se ha hecho no es una buena opción. “Paraguay tiene que ir a la mesa de negociación con un plan de desarrollo industrial”, sostiene la catedrática norteamericana de la Universidad de Duck, especializada en tema energético de Paraguay, Christine Folch.