La ex viceministra de Minas y Energías Mercedes Canese sostiene que la única posibilidad que Paraguay tenía para mejorar sustancialmente sus posiciones para la renegociación del Tratado de Itaipú era la agenda pública. Al no existir esto, “la agenda es brasilera”. Y que, por ello, desde distintas organizaciones han encarado unas 48 mil firmas para ampliar la tarifa social de la Ande.
Según el acuerdo de entendimiento firmado el 7 de mayo de este año, el 31 de diciembre se debían cerrar las negociaciones del Anexo C del Tratado de Itaipú. El anexo C define tarifas y formas de distribución, cesión o venta de la energía producida por esta entidad.
Tanto el presidente de la República Santiago Peña como el ministro de Industria y Comercio, Javier Giménez, dieron a entender que, a este paso, la prórroga por dos o más meses es inminente. Peña deslizó que este retraso se debía a que los negociadores de Brasil, comenzando con el presidente Ignacio Lula Da Silva, tenían menos conocimientos técnicos que los de Paraguay.
La última reunión se realizó la semana pasada en las salas de la Itaipú Binacional. Al otro día, el ministro de Industria y Comercio Javier Jiménez mostraba varios naipes de la mesa difíciles aún de cerrar.
El Prisma: – Ingeniera Mercedes Canese, cómo estás viendo el desarrollo de las negociaciones. Al parecer no se cerrarán el 31 de diciembre como lo habían firmado en el acuerdo de entendimiento
Pareciera que no cierran en diciembre, y esto es significativamente beneficioso para Brasil. Cada día que pasa estamos entregando nuestra energía sin recibir un precio justo, a un precio miserable para el desarrollo de la industria paulista brasileña y no para nuestro desarrollo nacional.
Pero lo grave es también que no exista una agenda pública, por lo que resulta obvio que la agenda es la brasileña. Una agenda pública es fundamental para negociar con apoyo del pueblo.
-¿Cuál es el eje que plantea el equipo de Paraguay? ¿En qué que se concentran las ideas que están bajando sobre la mesa?
Status quo. Los negociadores paraguayos, desde Alfredo Stroessner y Enzo Debernardi en adelante, se han hecho inmensamente ricos entregando la soberanía paraguaya. ¿Por qué cambiarían de estratega? Claro, esto es, con excepción, del corto periodo de Fernando Lugo, en el cual se llegó al acuerdo Lugo-Lula que deberían ser la base, la “hoja de ruta” de esta revisión del Anexo C, al decir de la ex Canciller Leila Rachid Lichi. En el Acuerdo Lugo – Lula Itaipú se multiplicó por 3. Paraguay recibió el triple de compensación por cesión de energía, ganamos una línea de 500 KV, la primera entre Itaipú y Villa Hayes, por valor de 500 millones de dólares sin costo para el Paraguay y avances en cada uno de los seis puntos planteados por Paraguay.
Algunos riesgos adicionales de las negociaciones sobre Itaipú: que intenten cerrar los reclamos paraguayos sobre la deuda espuria, que para ampliar Itaipú planteen nuevos endeudamientos, que nos sigan atando a las condiciones brasileñas, que bajen aún más el miserable precio que Brasil paga y que no terminen las obras principales.
-¿Cuáles obras?
La más importante, además de la ampliación de Itaipú, la exclusa de navegación, estratégica para la logística paraguaya.
-Al parecer, el norte de Brasil es bajar lo más que se pueda la tarifa sin los costos “adicionales” y que Paraguay quiere seguir atando la tarifa a nuevas compensaciones. ¿Cómo lo ves vos?
Totalmente de acuerdo con que Brasil haga lo que quiera con su parte de la energía, siempre que cubra los costos. Pero lo que no puede hacer Brasil es definir en nombre nuestro el precio al cual le exportaremos nuestra energía; el 50% que nos pertenece de Itaipú. Por otra parte, una tarifa superior al costo viola el Tratado, como hoy se está haciendo, usando la diferencia como “gastos de responsabilidad socioambiental” sin pasar por el Congreso y sin control.
-Avanzan a tambor batiente las criptominerías (utilizan alrededor del 25% de la energía contratada por la Ande de Itaipú). Cada una de ellas, ha dicho el ingeniero Hugo Rolón, usa lo que un barrio usa. ¿Adónde iremos a parar?
Y a quedarnos sin excedentes hidroeléctricos en tres años en el peor de los escenarios, lo que podrá ponernos en la misma situación que hoy sufre Ecuador, un país con petróleo y con una base hidroeléctrica importante.
Es que si la Ande otorga legalmente, por contrato, todos los pedidos que tienen las criptomineras, se estará alcanzando la potencia disponible en Paraguay. Además, están las ilegales.
Esto puede llevar a la Ande a una cesación de pagos, pues las legales no pagan ni la mitad del costo de la energía que llevan y las ilegales no pagan nada. También significa un deterioro en la calidad del suministro eléctrico, por las mismas distorsiones que genera la criptominería general. Es catastrófico.
–Además de las criptominerías, hay otras empresas de uso intensivo de energía eléctrica y de poco valor agregado en generación de empleo. ¿Cuáles identificás?
Sí, el hidrógeno “verde”. Según el gobierno, empezará a construirse una planta el año que viene. La generación de empleo, según dicen, será de 1.000 empleos permanentes para 600 MW de potencia. En cambio, la industria tradicional genera 200 empleos con 1/2 MW.
-Hay un crecimiento de ocho por ciento anual de consumo en Paraguay. Se sostiene que, dentro de unos años, en Paraguay ya habrá escasez de energía eléctrica. ¿Cómo es esto? ¿Y por qué se da?
El año pasado, la demanda total de electricidad en Paraguay aumentó 12,8%, debido justamente a la criptominería. A este ritmo, en menos de lo previsto (2037 era lo calculado hace algunos años), Paraguay necesitará nuevas fuentes de energía. El Plan Maestro de la Ande prevé energía solar fotovoltaica, pero están atrasados en sus obras y la demanda se está adelantando.
-¿Por qué creés que, aun con el supuesto bajo costo de la energía, y bajos impuestos, hay pocas propuestas de industrias de mayor generación empleo?
Con su baja presión tributaria y bajo costo de la energía y mano de obra, Paraguay recibe sólo el 0,2% de la inversión extranjera directa de América del Sur. Está en el penúltimo lugar. Es evidente que el problema no es tener bajos precios sino la falta de estabilidad política y poco control fiscal en general, por la ausencia del Estado.
-Finalmente, ¿qué te parece que ocurrirá con las negociaciones? ¿Cuál es tu pronóstico?
Podemos tener buenas negociaciones solamente si el pueblo marca la hoja de ruta al gobierno. Por eso es un gran logro haber superado las 48 mil firmas necesarias para la ampliación de la tarifa social de la energía eléctrica. Si este proyecto de ley se aprueba, el gobierno se verá obligado a exigir condiciones justas en Paraguay. Sin la presión ciudadana, no tenemos ninguna esperanza.