En los últimos años pudimos atestiguar el magnífico crecimiento que está teniendo la Inteligencia Artificial (IA), desde la creación de imágenes ultra reales, hasta los avances en la posible implementación a la medicina. No obstante, muchas personas creen que el área que debe revolucionar, sin lugar a dudas, es la educación.
Cuando hablamos de “brecha” nos referimos a las desigualdades y disparidades que existen en el acceso a recursos educativos, oportunidades de aprendizaje y resultados entre diferentes grupos de estudiantes.
Si lo pensamos detenidamente, hasta ahora ¿la Inteligencia Artificial (IA) acortó o agrandó la brecha que existe en la educación?
“Puede ofrecer más contenidos y más oportunidades de aprendizaje a estudiantes que nunca tendrían acceso a ellos”, respondió Melissa Loble, directora de Instructure, una empresa especializada en Sistemas de Gestión del Aprendizaje (LMS). “Es posible que en sus escuelas base no puedan construir o tener los educadores disponibles para eso”, agregó la líder empresarial.
Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), advierte que la IA se ha vuelto un elemento a tener en cuenta cuando se habla de desigualdad en el acceso a internet.
En el informe titulado “Tecnología en la educación, ¿una herramienta en los términos de quién?”, publicado en el 2023, echa luz al respecto: “a menudo hay divisiones amargas en la forma de ver el papel de la tecnología. Estas divisiones se están ampliando a medida que la tecnología evoluciona a una velocidad vertiginosa”.
Dicho informe también abarca temas como el acceso a la tecnología, regulación de la gobernanza y preparación docente, con perspectivas a alcanzar a toda una población.
Sistema educativo
En el artículo llamado “La inteligencia artificial en la educación”; publicado en 2020 en la revista Dominio de la Ciencia, Peña, Mora y Ávila se introducen al tema desde la perspectiva del sistema educativo.
Sostienen que los tres pilares del sistema educativo son “leer, escribir y contar, ahora, en la sociedad de la información y el conocimiento estos pilares deben ser ampliados con competencias no cognitivas, como: empatía, creatividad y pensamiento crítico”, en coincidencia con Melissa Loble, directora de Instructure.
También destacan los posibles aportes de la IA en los procesos de supervisión educativa. “Se pueden implementar mecanismos tecnológicos para monitorear de forma automática la gestión de calidad en los procesos tanto administrativos como de enseñanza-aprendizaje propios de una Institución”, indican los educadores.